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el-roto-EpC La OCDE acaba de publicar una de sus estadísticas sobre el infranivel educativo de los españoles (en este caso, adultos) y Rosa M. Artal lo ha comentado con tanta acidez como acierto en su Periscopio. Las pruebas que aporta son abundantes, centradas sobre todo en los medios, pero quisiera añadir alguna más, derivada de la expulsión de la filosofía y la historia de los curriculums escolares, y que sólo puede empeorar nuestro futuro. Josep Fontana, en más de una ocasión, ha recordado que cuando un periodista preguntó a don Ramón Carande, maestro de historiadores: “Don Ramón, resúmame usted la Historia de España en dos palabras”. La respuesta de Carande no se hizo esperar: “Demasiados retrocesos”.

Estos retrocesos (con oportunos vaivenes) van a seguir porque tienen el terreno abonado en la anemia intelectual de la ciudadanía, lo cual la convierte en presa fácil para la manipulación y las emociones cuidadosamente provocadas que se imponen a los razonamientos. Basta con apelar a las “tradiciones” de tiempos tan irracionales como ágrafos para conseguir que se destinen dineros que podrían financiar la sanidad y educación al llamado arte de los toros. Pero no sólo, naturalmente, aunque es un buen ejemplo gráfico para ilustrar lo que parece pueden ser este nuevo “cuatrienio ominoso” que nos toca vivir bajo Mariano Rajoy (el compostelano) y su cuadrilla.

Escribía Fontana que nos encontramos de nuevo en pleno retroceso en libertades y derechos de los ciudadanos: la reforma laboral, la pretensión de limitar el derecho de huelga, los ataques a los sindicatos, los recortes en los servicios públicos de sanidad y educación, la voluntad de interferir en los contenidos de la enseñanza, y no auguraba nada bueno sobre sus efectos sobre la formación de las nuevas generaciones van a ser de larga duración y difícilmente recuperables.

Pues bien, súmense los destrozos de los recortes, los privilegios a las magias y religiones, el retroceso en la enseñanza mixta, al precario substrato de la formación que hoy nos descubre la OCDE. Y las generaciones más jóvenes no podrán mejorar con las medidas Wert el nivel medio de sus antecesores porque los jóvenes investigadores capaces de subir el listón escapan a países donde se valora y recompensa el trabajo intelectual. El retroceso de España, de hecho, ya está a la vista: los medios de comunicación privilegiados, que responden a los intereses de la derecha en nombre de sus propietarios nada pasivos a la hora de defender su ideología y sus intereses, se ocupan ahora de un revisionismo histórico (escasamente documentado según Fontana, si es que había que apoyar la frase) que ante la caída de caretas franquistas de algunos elementos del PP, ha vuelto a descubrir el “terror rojo”, y silencian la mucha y buena investigación que se ha realizado en estos años acerca de la represión franquista. Y Catalunya no se salva. Para nada. Porque cuando el Gobierno de derechas de CIU apoyado por ERC cerró el céntrico local que ocupaba el Memorial Democràtic para erradicarlo a lo más alto de la montaña de Montjuïc, también anunció su intención de que la institución se encargue de conmemorar a los “caídos por Dios y por España” (como si estos no hubiesen sido ya suficientemente conmemorados durante cerca de 40 años, Fontana dixit).

Por todo ello (y más que me callo) me parece mucho más grave que no saber leer el recibo de la luz (un arcano al que sólo pueden acceder las iluminadas sibilas) es no saber entender ni aprender nuestra historia, porque con ello se cronifica un analfabetismo funcional, de ciudadanía, que puede dejarnos hundidos demasiado tiempo en el pozo de la servidumbre, faltos de oxígeno para reaccionar… y por tanto, seguir vivos.

Concluyo con la advertencia de Fontana, ligeramente modificada, con la que nos recuerda que en los tiempos más duros del franquismo Jaime Gil de Biedma publicó en un folleto clandestino unos versos memorables: “De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal”. Pero incluso entonces el poeta expresaba su esperanza de que pudieran un día cambiar las cosas para hacer del hombre “el dueño de su historia”. Pues bien, sólo luchando día a día, desde la dignidad, por una vida más humana que implica una enseñanza de calidad universal y crítica, que distinga adiestramiento de cultura y forme a la juventud en la ciudadanía, podremos ir ganando terreno a los retrocesos de las cavernas y recobrar el control de nuestra historia.



Font: upec
08/10/2013
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