La propuesta del presidente del parlamento autonómico del País Valencià –el contumazmente corrupto Juan Cotino-- va en serio: suspender a la diputada Mónica Oltra (Compromís) durante un mes. Las razones las conocemos todos. Se trataría, de llevarse a cabo, de una agresión en toda la regla a la democracia. Según hemos sabido el disparate caballuno se perpetraría el próximo lunes en «sesión secreta» en las Cortes Valencianas que cuentan con el mayor elenco de diputados corruptos por metro cuadrado de la historia de los regímenes parlamentarios.
Hay que dar una batalla contra esa ignominia. No sólo desde el universo de los progresistas españoles, todo el mundo demócrata, moderados y conservadores también, deben implicarse en una enérgica respuesta para impedir esta tropelía. El aviso de Cotino no es solamente contra Oltra: viene desde el grupo dirigente del Partido Popular y se dirige, en principio, a un partido «pequeño» sentando un precedente que podría, de no impedirlo, extenderse a otros.
Hay que levantar un gran clamor: desde las redes sociales y la fisicidad colectiva de las calles y plazas hasta las sedes de todas las instituciones.
