¿Acaso se ventilan las elecciones municipales de Madrid en el terreno de la copla? Eso parece tras las actuaciones estelares, en el plató de la bizarra María Teresa Campos, de los candidatos a la alcaldía: la Aguirre y el Carmona. La primera con un ketama bajo el brazo diestro, el segundo con un deanmartin bajo en la mano zurda. De la primera hubiéramos esperado que se marcara un agustín lara; del segundo algo retrechero por el Fary. No obstante, cada cual es muy libre de organizar su mensaje electoral como Dios le da a entender. Así es que estamos ante una novedad, que no ha sido comentada por los politólogos a la violeta: el conflicto político, de extenderse esta experiencia, puede enraizarse en las candilejas televisivas a golpe de copla, sea ésta de un cañí postmoderno o de una importación de cualquier casino de Las Vegas.
¿El programa, dice usted? Repare en lo que le digo: el programa es una chuchería del espíritu, y donde se pongan Ketama y Dean Martin le van dando por el saco a todo programa habido y por haber. Así pues, tomemos nota de que el debate electoral se traslada de las propuestas a las fusas y semifusas. Aunque, todo hay que decirlo, dicha novedad habrá provocado alguna perplejidad de candidatos, catalogados como gente seria, como Manola Carmena, Gabilondo y García Montero, de un lado; y, de otro lado, a la sosaina de Cifuentes. De manera que lo nuevo, lo que se dice nuevo, está en el enfrentamiento indirecto entre la Aguirre y el Carmona: una pareja al estilo de Pepe Blanco y Carmen Morell, aunque cada uno por su lado, cuando cantaban el nunca bien loado como se debe Me debes un beso: https://www.youtube.com/watch?v=fUKyq64kC3w
Porque donde se ponga la certeza de la copla –ora de Retama, ora de Dean Martin— que se quite la incertidumbre de las promesas electorales.
