The International Youth for Peace Workshop “Sowing seeds together for a change” started on Tuesday, January 26, 2010 in Dar es Salaam/Tanzania with 28 participants from eleven different countries. The participating youth are involved in GNRC activities in their home countries and will spend five days together to develop and strengthen their skills on Peace Building and Interfaith Youth work to later on share their new knowledge with the members of their groups in their home countries.
mm/DSC_0997.JPG The Workshop started with an Opening Sessions where the participants got information about the schedule and they also got to know the facilitators of the Workshop. After this short briefing it was time for the participants to get to know each other. The youth did not only learn about the name and home countries of the others, but through various activities they found out about their hobbies, interests, thoughts, heroes in life – and through this experienced what they have in common with each other. After this, the participants planted their first “seeds”, writing down what they expect to take home from the workshop – in their heads, hearts and hands.
In the afternoon, the youth learned more about the activities they are doing in their home countries. Therefore the participants explained the situation of their mm/DSC_1179.JPG countries and the environments they are living in and how the youth groups are organized in their countries. Then they gave more details about their youth group activities, which topics play a big role in the meeting, which challenges they are facing and how the youth groups are involved in schools and communities.
mm/DSC_1257.JPGThe day ended the Opening Ceremony took place with the presence of the Permanent Secretary of the Ministry of Community Development, Gender and Children. Peace Club Members from Dar es Salaam entertained the audience with music, dances and acrobatics.
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Se extiende la crítica a la cobertura sobre Haití entre los propios periodistas y las instituciones especializadas.Jacobo G. García, de El Mundo, debe haber levantado ampollas con su crítica pública a los compañeros desplazados a Haití: Rosa María Artal, ex de TVE, por su parte, ha matizado esta crítica muy adecuadamente: si no queremos militarización de la ayuda, tampoco espíritu guerrero en las crónicas. Milagros Pérez Oliva se ocupa del tema como Defensora del Lector de El País, pero se limita a responder a las críticas sobre la publicación de ciertas fotos, sin entrar en otros debates de profundidad.
Desde el sector, Francisco Rey y Jesús A. Núñez, del Iecah, resumen muy bien la indignación de los que nos dedicamos a la cooperación y los conflictos por esta “barra libre para la solidaridad de todo a cien” en que se han convertido las radios y televisiones.
En una de las cosas que acierta el periodista de El Mundo es en plantear cual debe ser el papel de la Aecid o de las las diferentes agencias de cooperación en estos casos: ¿facilitar el transporte y el alojamiento a los periodistas?, ¿ procurar que aparezcan sus logos en las crónicas?, ¿no sería mejor asegurarse de que los periodistas saben algo de ayuda humanitaria y de políticas de cooperación, o que disponen de información alternativa a la previsible? ¿los gabinetes de prensa de estas agencias orientan su trabajo según las estrategias que ellas mismas marcan de sensibilización y educación para el desarrollo?
En las facultades españolas solo un par de posgrados forman en periodismo de conflictos y paz o en periodismo preventivo. La Estrategia de Educación para el desarrollo de la Aecid, establece como línea prioritaria la “sensibilización y promoción de la educación para el desarrollo entre los profesionales de los medios de comunicación”. La cobertura sobre Haití muestra hasta qué punto esta tarea es prioritaria y urgente.
La Aecid se plantea incorporar asignaturas especializadas en las facultades de Ciencias de la Información; organizar seminarios, talleres y jornadas dirigidas a informar, formar y orientar a los profesionales de la información; incentivar su participación en reuniones nacionales e internacionales relacionadas con el desarrollo; fomentar y organizar encuentros de agentes y medios de comunicación de países donantes y socios para estudiar fórmulas que hagan posible el fomento de redes de comunicación alternativas, y que la voz del Sur sea la protagonista de la información transmitida en los países donantes, o crear un programa de intercambio que permita que profesionales de los medios de comunicación o estudiantes puedan realizar estancias formativas o de intercambio en medios de comunicación de los países socios, y en organismos internacionales relacionados con la cooperación al desarrollo.
Sólo medidas como éstas permitirán a los profesionales sensibles especializarse o descubrir por qué las coberturas actuales de catástrofes son contraproducentes para cualquier tipo de desarrollo futuro, y por qué reflexiones como las de M. Riviere son más profundamente educadoras y útiles, que las miles de páginas de Internacional desaprovechadas estos días:
Edificante principio de año: salvamos negritos en Haití mientras tratamos de hacerles la vida imposible en Vic, por ejemplo. Recorremos miles de kilómetros para alardear de generosidad y desprendimiento -caridad, al viejo estilo- en la feria de la beneficicencia global, pero somos incapaces de hacer un hueco a quien acude a nosotros.