
La muerte de Ansumanah es un duro golpe para aquellas personas que lo conocieron y tuvieron la oportunidad de trabajar con él, y que lo describen como alguien muy responsable, discreto y de buen carácter, que era muy querido por "su disponibilidad para ayudar a todo el mundo que se lo pedía en muchas áreas del hospital" afirma Viadero.
Uno de los momentos más complicados en la historia del Hospital San José de Monrovia tuvo lugar el pasado verano de 2014, concretamente a principios del mes de agosto, cuando la epidemia de Ébola empezaba a desarrollar su máxima virulencia en Liberia, llegando incluso a afectar a toda la Comunidad de religiosos del Hospital.
Ansumanah fue la persona que se mantuvo en el centro ayudando a cuidar a los enfermos de Ébola, según se iban contagiando: primero el Hno. Patrick Nshamdze, (director del Hospital), luego los Hnos. Miguel Pajares (Superior) y George Combey (asistente de farmacia), y las Hnas. Misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal Mutwameme (supervisora general) y Paciencia Melgar (responsable de farmacia y de proyectos de capacitación para mujeres).
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