
El 30 de septiembre de 2016, la sonda Rosetta de la ESA se acercó más que nunca al cometa que llevaba más de dos años estudiando desde lejos. Así, concluía su misión con un impacto controlado en la superficie de 67P/Churyumov-Gerasimenko (67P/C-G).
El 30 de septiembre de 2016, la sonda Rosetta de la ESA se acercó más que nunca al cometa que llevaba más de dos años estudiando desde lejos. Así, concluía su misión con un impacto controlado en la superficie de 67P/Churyumov-Gerasimenko (67P/C-G).