
El satélite Integral de la ESA lleva desde 2002 buscando alrededor de nuestro planeta signos de radiación de alta energía mediante la observación de partículas expulsadas por fenómenos extremos como agujeros negros, estrellas de neutrones y supernovas. El 10 de noviembre de 2015, la sonda encontró por casualidad algo especialmente interesante, y cerca de casa: unas intensas auroras serpenteando alrededor del polo norte.