Democracia es una palabra que no corresponde a ninguna mujer sino libertad. La libertad como cultivar sus alimentos sin la necesidad de tener que pagarlos y tengan el gusto de la mano que los produce, recuerda de aquellas viejas fotos donde aparece, se parece mucho a la tía Encarna cuyos pensamientos eran distintos a los que tuvo a recibir en esa educación que obtuvo entre cuatro  paredes . Aprendió a leer jugando en la misma habitación donde el maestro particular daba clases, no había para una cuidadora   de ella y consiguió a condición de quedarse callada estar ahí jugando a pintar constante.  Un color una enseñanza. Al final de la clase terminaba dibujando varios libros de colorear. 

Su ingreso a una escuela de pintura fue vista como un capricho de época, además de sus estudios de piano, así aprendió de química, experimentando con colores naturales que recogió del jardín y   que mezclaba y reemplazaba en las noches para que no sospechen que ella era quién fabricaba sus paletas y tener a mano una obra inacabada siempre. Lo mismo con el piano donde aprendió matemáticas y física, dotándole a cada nota un valor y por supuesto, nunca compuso una pieza respetable. La tía Encarna dejó todo esto para cuando alguien de la casa se sienta igual y así llegó a sus manos un baúl lleno de composiciones y bocetos con marcas de producción de pinturas como ese extraño metal.  Durante mucho tiempo descifró  tanto las composiciones que ahora podrían ser música electrónica y esos cuadros que podrían ser pócimas para hacer mejores cultivos de alimentos o armas químicas.  ¿El metal?, ah, eso era un misterio que se dedicó a resolver en el tiempo que le dejaba el hecho de la jardinería donde aprendió  de la política y de ver el futuro. Puso en una caja y la sello con un aviso: No abrirse nunca.        
( 2019 . 07 . 09)  (1992 . 09 . 12)

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