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20/03/2017 - Sonreír en tiempos de guerra

En 1995, en pleno conflicto de los Balcanes hace ya años, un grupo de 3 cómicos decidió viajar a la zona para ofrecer una tregua de alegría a los niños afectados por la guerra. Esa primera expedición se transformó en una ONG que hoy tiene presencia en los 5 continentes, trabaja con cientos de payasos en el mundo y lucha para que la UNESCO reconozca la sonrisa infantil como ‘Patrimonio de la Humanidad’. Con el buen humor como escudo, desafían al peligro de las guerras y acuden ahí donde los desastres humanos o naturales devastan a los pueblos. En “Payasos sin Fronteras”, se toman la risa muy en serio y ahí donde van, distribuyen una singular ayuda humanitaria que aunque no se ve, se siente. Ellos donan ‘alimento para el alma’.

Fotos: Cortesía de Payasos sin Fronteras

(Junio 03 2003. Día 14. Bagdad): “Una de las cosas más cómicas fue preguntar por la manera más segura de ir hasta Bagdad. Finalmente llegamos al campo de refugiados y el jefe de la expedición nos dijo que era mejor no actuar ahí, ya que vendrían unos 3 mil niños que jamás vieron a un payaso y podría ser peligroso. Estábamos en pie desde las 5:30 de la mañana, y no podíamos llevar ni los pasaportes, porque íbamos a pasar por un lugar muy peligroso donde suelen matar a un soldado norteamericano por día. Fuimos entonces a otro campo, y la tarde se llenó de magia, hicimos un show diferente y todos lo disfrutaron mucho. Terminamos la función con el público cantando el feliz cumpleaños en árabe. Era en medio del desierto y las niñas estaban con sus vestidos de colores y sus sonrisas luminosas. Para ilustrar un poco más el momento, justo ahí, el sol se escondía entre las tiendas…¿Qué más se le puede pedir a un solo día?”

Este es el diario de un payaso, escrito durante su viaje a Irak en junio de 2003. En el texto están mezclados todos los ingredientes para escribir una historia de aventuras, o bien una tragedia, o una comedia. Pero sobre todo una historia de esperanza. El texto es el diario de un soñador que le planta cara a la realidad de la guerra. Pepe Viyuela, el autor del texto, agrega en su diario: “Ver a niños a los que les faltan los brazos o las piernas, jugando y riéndose, a menos de una hora de salir del quirófano, es impresionante para cualquiera.”

“Payasos sin Fronteras”. Así se llaman y el nombre de la organización puede sonar a broma, pero la cosa va en serio. Han viajado a Asia, a la zona afectada por el Tsunami de 2004, han estado en Marruecos cientos de veces, tienen una misión permanente en Palestina, y han puesto en marcha una escuela de circo en Nicaragua. En Namibia y Guinea Ecuatorial trabajan con espectáculos que sensibilizan sobre el problema del SIDA, mientras que en el Sahara, una región mayoritariamente musulmana, las “payasadas” de los actores se enfocan al tema de los derechos de las mujeres.

“Señoras y señores, con ustedes: los Payasos”

Pepe Viyuela es un reconocido cómico en España, entre otras cosas por haber protagonizado la película del cómic “Mortadelo y Filemón”. Ha presidido la organización durante un año y ha viajado a Irak, Kosovo y Palestina. En entrevista con Corresponsal de Paz nos dice: “Al principio tuvimos que vencer el rechazo casi general, pues la gente pensaba que nuestro nombre era una burla al movimiento de solidaridad que en aquél momento estaba en su apogeo. Parecía que las otras ONG’s eran más serias puesto que llevaban a los sitios necesitados cosas más tangibles como alimentos, ropa, medicina… y nuestra ayuda era algo sumamente volátil, difícil de tocar o medir. Todos necesitamos reír, pero justificar eso ante un político o ante un gestor es difícil, es difícil cuantificarlo y decir cuánto vale una sonrisa. Y precisamente ésa es nuestra misión: hacerle entender al mundo que la felicidad de un niño no tiene precio. Nadie puede decir cuánto vale la propia sonrisa, y mucho menos la de los otros”

Dicen que todos los grandes proyectos han nacido primero como un sueño, pero en el caso de Payasos sin Fronteras, lo cierto es que fue una realidad lo que dio origen a la fantasía. La triste realidad de la guerra. En 1993, Europa asistía con cierta indiferencia a la traumática desintegración de (la ahora ex) Yugoslavia. Un grupo de 3 payasos encabezados por Jaume Mateu, deciden entonces viajar a un campo de refugiados en Croacia, para actuar de forma gratuita ante los niños confinados por la persecución étnica. Aquella visión los sobrecogió y un mes después, en marzo de ese mismo año, nacía la iniciativa de esta organización que al día de hoy, varios años después de aquella primera espontánea expedición, sigue siendo la única en su género.

“Más que una organización, yo creo que nos hemos convertido en un movimiento”. Afirma Jaume Mateu el fundador de Payasos sin Fronteras, un famoso y exitoso payaso catalán, que se ha dedicado al mundo del circo desde la década de los 70. “Tortell Poltrona” es su nombre artístico, y pasa la mayor parte de la vida en un circo itinerante que viaja por algunas regiones de España, así como en un centro de producción y escuela de las artes circenses donde se enseña a payasear tanto a niños como a adultos: “La risa y el llanto nos demuestran que no somos tan diferentes, y a veces, lo poco que nos hace diferentes es solo cuestión de suerte, de estar de un lado del planeta u otro, que tiene más o menos fortuna. Pero para nosotros los payasos, hay un solo mundo: el de la alegría. El primer y tercer mundo son clasificaciones que se inventaron y se quedaron establecidas casi como perversiones. Como payaso que soy, te aseguro que no me hace ninguna gracia saber que hay niños sin reír”

Ante el espectáculo del desastre: un circo mundial

Para las organizaciones de ayuda humanitaria, el panorama actual ciertamente no da mucha tregua. El mapamundi está plagado de guerras, conflictos, hordas de seres humanos desplazados, enfermos, olvidados, hambrientos y marginados; eso por cuanto a los llamados “desastres humanos”, sin contar la temperamental fuerza de la madre naturaleza, que suele golpear con más furia precisamente en las zonas más desprotegidas.

En este sentido, la capacidad de respuesta de los payasos ha sido notable. Y realmente esta peculiar ONG, ha cruzado fronteras. Su sede oficial está en Barcelona y según su página web, tienen otras tres oficinas más España, pero a poco han abierto oficinas en diversos países de Europa. Ya existen Payasos sin Fronteras en Francia, Bélgica, Suecia, Alemania e Irlanda. Otras oficinas formales se encuentran además en Canadá, Estados Unidos y Sudáfrica. Mientras que las compañías de payasos y actores locales que los representan en África, América Latina y Asia, se cuentan por centenares.

Solo en la región latinoamericana, por ejemplo, tienen presencia en Nicaragua, Honduras, Colombia, Haití, Argentina, Chile, Brasil, Guatemala y México, donde el grupo de titiriteros “Saltimbanqui” realiza periódicamente la llamada “Caravana de la Risa” por distintas zonas del de la República Mexicana, pero muy especialmente en Chiapas, donde los fundadores de Payasos sin Fronteras acudieron por primera vez durante los peores momentos del conflicto zapatista (que inició en México el 1º de Enero de 1994)

Y de aquellos tres primeros expedicionarios a los Balcanes, las narices rojas se siguen multiplicando. En la base de datos de sus oficinas centrales hay más de 800 artistas y otros tantos en la lista de espera. A esto habría que agregar un promedio de 100 payasos en cada país. Todos ellos voluntarios, dispuestos a viajar y entrar en acción. A conjurar la magia y la alegría ahí donde la guerra o los desastres naturales, la han espantado.

“En realidad somos una organización pequeña” – dice Dolores Castelló, Coordinadora de Operaciones de PSF-. “Nuestro presupuesto anual es de 600 mil euros y comparado con otras ONGs es realmente poco, porque además de las acciones en Europa apoyamos proyectos de otros países con menos recursos. La base de nuestro financiamiento son nuestros socios, actualmente algo más de 1.000, todos ellos particulares . También, nos buscamos la vida haciendo galas, donde los payasos actúan gratuitamente, y ahí vendemos “souvenirs” como camisetas, narices rojas y a veces recibimos por ejemplo donaciones de niños que deciden regalarnos el dinero que reúnen en sus fiestas o de escuelas que hacen lo mismo con los recursos de algún evento.”

Además de Dolores, son pocas las personas en España reciben un salario formal. El resto de los que participan en PSF son voluntarios y lo mismo sucede con las otras oficinas internacionales. Cada expedición tiene un presupuesto diferente y se busca financiación de instituciones, así como la coordinación con otras organizaciones ya sea internacionales o locales que trabajen en el terreno, con el fin de tener mejor acceso y apoyo logístico.

“El show debe continuar”

Aunque la función principal de estos payasos es llevar la risa ahí donde hace falta, lo cierto es que también se han impuesto la tarea de la denuncia y el activismo social: “Una vez que volvemos a Europa viene la segunda parte del trabajo, que es llamar la atención de la sociedad sobre eso que hemos visto y contar lo que está sucediendo” –continúa Dolores.- “Porque cuando las desgracias suceden lejos nos parece que son menos desgracia. Entonces cerramos los ojos y apagamos la televisión”

La experiencia específica del Tsunami en Asia dio una perspectiva diferente de esta cuestión, porque muchos turistas europeos murieron ahí. Payasos Sin Fronteras acudió a la zona del desastre al llamado de otra organización europea: Médicos sin Fronteras, quienes descubrieron que la población lo que más necesitaba, además de la ayuda material, era un alivio psicológico para sobreponerse del golpe y la magnitud de esta catástrofe natural. Jaume Mateu estuvo en ese viaje junto con otros 14 payasos de varios países:

“Encontramos un panorama desolador: los traumas que tenían los niños nos hicieron implementar un espectáculo especial para combatir la hidrofobia, pues había niños en proceso de deshidratación que se negaban a beber agua o a tener ningún contacto con ella. En una de las escuelas donde actuamos habían muerto la mitad de los alumnos. Era impresionante. Pero al final, aquello se convirtió en una experiencia mágica, pues por increíble que parezca, ésa era la primera vez que un circo se presentaba en esa región. La parte positiva de este desastre es que en ese lugar y en ese momento había muchos europeos con sus cámaras, y como sucede siempre, una imagen dice más que mil palabras. Eso nos fortaleció mucho para dar a conocer nuestra labor”

“Salto doble al vacío y sin miedo al ridículo”

Y mientras los conflictos y las catástrofes siguen su terrible curso, los payasos-sin-fronteras siguen insistiendo en una campaña que comenzaron hace ya muchos años. Una campaña para que la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declare a “La sonrisa infantil como Patrimonio de la Humanidad”. Para esta cruzada, la organización recoge sonrisas, metidas simbólicamente en una caja de cartón que reparten en sus funciones y luego entregan. “Es una campaña loca y difícil de lograr” –dice riendo de buena gana Jaume Mateu el fundador- “Pero yo veo la labor de la UNESCO y me digo: ¿Para qué empeñarnos tanto en cuidar las piedras del pasado, si no cuidamos a nuestros ciudadanos del futuro?”

Mateu el fundador de Payasos sin Fronteras, está convencido sin embargo de que quedan muchas máscaras por quitarle al mundo: “Soy feliz cuando esos niños son felices, pero me entristece volver y ver lo lejos que estamos todos de la realidad y de hacer algo por cambiarla de verdad. Yo me siento en deuda con cada lugar que visito”.

Y si Médicos sin Fronteras ganó el Premio Nobel de la Paz en 1999 por su labor humanitaria, el payaso de nariz roja se pone muy serio cuando habla del tema: “Sin duda, para nosotros como organización el mejor de los premios sería que Payasos Sin Fronteras desapareciera por falta de lugares tristes en el mundo a dónde ir”

RECUADRO 1:

Medicina, Risa y Política:

En 1998, el fallecido actor norteamericano Robin Williams protagonizó la película “Patch Adams”. Basada en la historia real del doctor Hunter Adams, creador del “Instituto Gesundheit” (Salud, en alemán) y promotor de un singular método terapéutico basado en el humor y la alegría.

Adams es médico desde 1971 y ha desarrollado teorías científicas para comprobar que la salud de una persona está directamente relacionada al estado mental del paciente, así como con la salud mental de su familia, su comunidad y el mundo en general.

En 2002 protagonizó en Afganistán el documental “Un payaso en Kabul”, que muestra el viaje del médico a la zona devastada por bombas estadounidenses. En aquella ocasión, criticó fuertemente la política de George W. Bush y aseguró a la prensa que “En la película que me dedicó Hollywood, se negaron a hablar de mi-yo político, pero mi risa y mi humor no pueden desconectarse de mi actitud política. Yo creo sinceramente que el mundo debería cederle las posiciones de liderazgo a las abuelas, y entonces todo se arreglaría”

Adams también ha viajado con grupos de payasos a Bosnia, África, Cuba, México y más recientemente a la zona destrozada por el Tsunami asiático, que el 26 de diciembre del 2004 dejó un saldo de más de 300 mil muertos. Su instituto está en la ciudad de West Virginia, es gratuito y combina tratamientos de medicina tradicional, terapias alternativas y artes representativas.


20/03/2017 - Para buscar la paz … “Follow the women”

Detta Regan, la hija de un militar británico retirado, ex bombera y ex controladora aérea, tuvo hace diez años una visión para hacer una ruta ciclista en Oriente Medio. Así, lo que comenzó como el reto de una deportista, se convirtió después en un movimiento pacifista que involucra hoy a centenares de mujeres de más de 50
. Trescientos kilómetros y 10 días de constante pedaleo que han abierto un camino más hacia una “paz con visión de género”, encabezada precisamente por quienes más sufren los efectos de la guerra: las mujeres.

En 2004, Detta Regan decidió hacer un singular viaje en bicicleta. A sus 53 años, esta mujer londinense decidió que quería rodar atravesando las llanuras de Jordania y Líbano. Una empresa difícil que sin embargo Detta no haría sola, sino en compañ
ía de otras 226 mujeres ciclistas. Vinieron a unirse a su iniciativa mujeres de más de 20 países, y a diferencia de su guía una veterana del ciclismo, algunas de ellas no habían montado en una bicicleta en toda su vida.

Un viaje como metáfora de vida: el cuerpo como única protección, buscas los mejores caminos, evitas o solucionas los obstáculos del trayecto, haces esfuerzos, soportas el dolor, continuas siempre en movimiento… y mientras tanto, intentas disfrutar del paisaje que te rodea, de la gente que aparece en tu camino.

Un viaje en grupo como metáfora de la vida solidaria: donde el destino de uno es el destino de todos, y el tropiezo individual supone el retraso de toda la caravana; donde la solidaridad y la ayuda mutua, son las claves para el avance… ¿No es esto mismo pues, de lo que se trata la vida?

Sí. Esta fue precisamente la visión que tuvo Detta Regan, una ex bombera y ex controladora aérea, que tras una visita a Palestina, comenzó incansablemente a buscar la forma de visibilizar “una historia diferente”: la historia de las posibilidades de paz en Oriente Medio.

“Yo quise que la gente se sintiera inspirada por este viaje, que las mujeres que se unieron en lo que parecía un viaje imposible, pudieran después volver a sus países y contar que la convivencia era posible; y quería también que ellas contaran de viva voz, cómo es la gente de Siria, de Jordania, de Palestina, de esos lugares donde pareciera que el conflicto engulle todas las demás experiencias vitales de sus habitantes”, afirma Detta en entrevista con Corresponsal de Paz.

Hagamos lo prohibido

No hay caminos, dijo alguna vez un poeta, sino que se hace camino al andar. La idea de que dos centenares de mujeres de diversos orígenes y credos rodara 300 kilómetros en bicicleta, atravesando fronteras y enfrentando con frecuencia las costumbres de algunos países, que prohíben las mínimas libertadas a sus mujeres, era absolutamente transgresora.

Detta Regan no sólo era consciente de ello, sino que precisamente ése fue su pedal de apoyo para
crear “Follow the Women” (Sigue a las mujeres), una organización sin fines de lucro que a pesar de los malos augurios, pronto consiguió velocidad en apoyos y adhesiones. La cadena que une a todo el engranaje de un movimiento, no había hecho más que comenzar.

“La idea era sencilla aunque pareciera compleja –afirma Detta- mujeres de todo el mundo viajando juntas, hablando, conviviendo, ayudándose en las dificultades… y el respeto mutuo se genera en el trayecto. Algunas de ellas llevan velo de acuerdo a sus creencias, pero la ropa que usamos para rodar es cómoda, sencilla, e invita a pensar en la igualdad. Tras los días de duro trayecto, por la noche bailamos y cantamos, oímos nuestras historias… y vemos un lado diferente de todas nosotras”

Después de aquella primera travesía, Follow the Women ha duplicado hoy el número de participantes y nacionalidades, ahora son más de 500 mujeres de 50 países diferentes, quienes integran a las “ciclistas por la paz”.

Para el sexto viaje, la maquinaria ya estaba perfectamente aceitada: promotoras locales y voluntarias se encargan de facilitar la logística, allanar obstáculos fronterizos y preparar los improvisados dormitorios de este “tour de paz”, pequeños hoteles por ahí, campos universitarios por allá, y terrenos de acampada por allí… y sobre todo: fiesta pacífica en todos los lugares.

El número de países que ahora visita “Follow the Women” también va en aumento: si en 2004 la travesía pacífica inicial duró 8 días, poco después aumentó a 10, porque el mapa de ruta también crecía. De Jordania, Líbano y Siria, hoy el grupo liderado por Detta Regan ha logrado aventurarse hasta Ramallah (Palestina, a 15 kilómetros de Jerusalén) e incluso hasta el Puente israelí de Allenby, donde 3 controles vigilan la entrada y salida de los ciudadanos.

“Yo sabía que la idea funcionaría. Lo supe siempre, aunque todos me dijeron que era peligroso, que éramos mujeres haciendo algo prohibido, que nos apedrearían, nos insultarían, que corríamos todo tipo de riesgos y ¿qué pasó?. Que la gente, los hombres las autoridades, las mujeres y los niños, salían a recibirnos con flores y música, y nos gritaban: ‘Gracias por venir, por hacer que el mundo nos vea, y que nos vea de una forma diferente’”

El camino de la paz… en femenino

Detta Regan tiene una contagiosa energía en su visión de paz. Por su labor con Follow the Women recibió en 2002 el “International Women of Europe Award”, y fue nominada para el Premio Nobel de la Paz en la iniciativa “1000 mujeres para el Nobel” en 2005; su organización, hoy consolidada, recibe apoyos como de la Reina Rania y la princesa Basma Bint Talal, de Jordania.

Es hija de un ex militar británico, veterano de la primera guerra del Golfo, y que –según cuenta- antes de morir le pidió a Detta que trabajara por la paz: “Mi padre estaba convencido de que sólo las mujeres podríamos lograr un cambio”.

Regan tiene hoy más de 60 años, casi los mismos años que dura ya el conflicto en Oriente Medio, y casi la misma edad que tenía su compatriota, la inglesa Virginia Woolf (1882-1941) cuando publicó “Tres Guineas”, un ensayo de mil páginas sobre la masculinidad de la guerra, y que escribió como respuesta a una carta que la autora feminista recibió de un hombre que hacía una singular petición a la autora: “¿Cuándo se ha dado el caso anteriormente, -respondió Woolf- de que un hombre culto pregunte a una mujer, cuál es la manera, en su opinión, de evitar la guerra?

Ciertamente, Follow the Woman no es hoy en día la única organización femenina que busca su propia ruta para poner fin a los conflictos, o para reivindicar a las víctimas de la guerra y la violencia.
Las Mujeres de Negro, en Israel y Palestina, las mujeres católicas y protestantes que conformaron la Coalición femenina de Irlanda del Norte, la Asociación de familiares de desaparecidos y la Ruta Pacífica de las mujeres en Colombia, las Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina, son apenas unos pocos ejemplos de iniciativas con visión de género, que están hoy en día haciendo su propio camino pacífico.

Pero a estas iniciativas las une no solamente un “alma de mujer” en sus intentos reconciliadores. Sino también y sobre todo, las une un preocupante factor común, pues prácticamente ninguno de estos movimientos ha tenido, o tuvo en su momento, la oportunidad de formar parte de la diplomacia formal en la resolución de sus respectivos conflictos que “ellas”, las principales afectadas, quisieron resolver.

¿Cuándo los hombres preguntarán a una mujer su opinión para evitar las guerras?

Fue apenas a finales del año 2000 cuando el Consejo de Seguridad aprobó la llamada “Resolución 1325”, en cuyo texto, las Naciones Unidas reconocen la importancia del creciente protagonismo femenino en la construcción de paz.

Pero no sólo eso, pues el documento acepta también una historia altamente conocida, que explica ese protagonismo: las mujeres y los niños son históricamente y hasta la fecha, los colectivos más afectados por la violencia, sea o no en situaciones de guerra o conflicto armado.

Para Marzo de 2009, Médicos sin Fronteras liberó su informe especial “Vidas Destrozadas”, en el que cuenta que sólo en los lugares a donde esta organización tiene acceso, se atendieron más de 13 mil personas víctimas de violencia sexual, la mayoría de ellos mujeres y niños, que habían sido atacados por quienes se supone debían protegerlos: padres, parientes, vecinos, policías y soldados.
“Esta cifra se traduce en una media de 35 violaciones por día, solamente en los 127 proyectos activos de MSF, y cada víctima tiene una historia de horror (…) el daño no se puede reparar por completo, alguna consecuencia psicológica será para toda la vida”, explica el informe.

Y a pesar de que la violencia sexual ha sido utilizada históricamente como una potente, regular y eficaz “arma de guerra”, no fue sino hasta 1998 cuando el Tribunal Penal Internacional (TPI) estableció el Estatuto de Roma, y determinó que “la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo y/o la esterilización forzados, entre otras formas de violencia sexual, serían penados como crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio”.

Si la guerra es masculina, la paz también puede serlo

El escritor estadounidense Henry Miller escribió alguna vez: “si nuestro cambio está dirigido hacia una mejor realidad, será una mujer quien nos indique el camino”.

Atisbos de este cambio se trazan tímidamente aún por iniciativas como Follow the Women, que tiene su parte de idealismo, pero también de un realismo pragmático cuyos efectos pueden quizá no verse en lo inmediato, pero que van abriendo brecha con su rodaje.

Para Detta Regan, la verdadera fuerza de esta “rodada pacífica” tiene un nombre: empoderar a las mujeres. “Algunas de nuestras viajeras jamás se habían subido a una bicicleta, mucho menos se habían atrevido a cruzar fronteras no sólo físicas, sino también psicológicas. Se trata de demostrarles que pueden hacer cosas que parecen imposibles, y al mismo tiempo, enseñarle al mundo que los vínculos entre personas de países ‘supuestamente enemigos’ no son una utopía (…) todos tenemos miedo, es un sentimiento normal, pero no podemos enfrentar ese miedo como hemos hecho hasta hoy: yendo contra otros seres humanos”

La “líder-team” de este peculiar tour que atraviesa varias naciones de Oriente Medio, tiene muy claro que sus esfuerzos todavía son insuficientes no sólo en sus alcances territoriales, sino también y sobre todo en su influencia sobre la “real politik”, ese núcleo duro, eminentemente masculino, que toma las decisiones ‘de peso’ en el mundo actual, y en los límites de una diplomacia casi siempre unilateral.

El conflicto Palestino-Israelí, que con más de 60 años de enfrentamiento es el más añejo de nuestra historia reciente, vivió entre diciembre de 2008 y enero de 2009, una de sus peores escaladas de violencia desde la segunda Intifada (2000). El solo nombre de la ofensiva israelí era contundente:

La llamada operación “Plomo Sólido” culminó con unos 1,400 muertos del lado palestino, un tercio de ellos niños, sometidos a bombardeos con armas prohibidas por la Convención de Ginebra en zonas habitadas por población civil. El Consejo de Seguridad de la ONU, el mismo que pide por más procesos pacíficos con visión de género, no emitió resolución o condena alguna.

“Yo sé que este viaje no es suficiente para convencer a las esferas de poder sobre la inutilidad de la guerra y del sufrimiento que esto conlleva, pero sí creo que tendremos un efecto multiplicador por cada mujer que se sienta más fuerte; por cada mujer que haya aprendido que es posible convivir… por cada mujer que pueda recordar que las fronteras son dibujos que nos han hecho, y que la paz no es sólo un deseo, sino una acción consciente y cotidiana que pide esfuerzos”

“Cadencia”, en lenguaje ciclista, es el número de pedaleos dados por minuto; y en este sentido, parece que a la paz femenina le queda tiempo para alcanzar el mejor de sus ritmos: la

Resolución 1325 ya ha sido
traducida a 70 lenguas, pero lo cierto es que en los últimos años, muy pocas mujeres se han sentado en los procesos “oficiales” de paz y reconciliación, mientras que en los lugares donde la violencia prevalece (en una guerra abierta o no) la visión de género se enfrenta a las mismas pendientes accidentadas de siempre.

Sigue el camino: Follow the Women

La líder de esta iniciativa habla con Corresponsal de Paz, con una absoluta convicción de que el empoderamiento femenino y el mensaje de la posibilidad de convivencia y unión, abrirán brechas en el tiempo sólo a base de repetición y entrenamiento… a golpe de un pedaleo constante.

En su vida, Detta Regan ya fue bombera, aprendió a apagar fuegos. Después fue controladora aérea y aprendió a lidiar con diversos problemas a un tiempo. Trabajó durante años como entrenadora de jóvenes y de ellos se inyectó una energía que no suelta. Hoy conoce bien eso a lo que le llaman “la soledad del corredor de fondo”, la tenacidad de quien, para poder llegar más rápido y más lejos, ha tenido que aprender primero a hacerlo de a poco y lento.

Por eso Detta se ha propuesto la meta de al menos una vez llegar con sus mujeres ciclistas y pacifistas hasta el centro mismo del conflicto.

“Quiero ir hasta la franja de Gaza, estoy intentando recaudar algún dinero. Quiero ir ahí, en bicicleta, con mi cuerpo como única protección, y entregar en hospitales y albergues el dinero que pueda reunir… todos me dicen que puede ser peligroso, pero es mi nueva visión para esta carrera, yo sigo mis visiones y si es preciso, iré yo sola”.

Ahora y en el futuro, habrá pues que “seguir a las mujeres” y apoyar para que este movimiento logre llegar hasta esa línea donde la paz, no se ha hecho presente en más de medio siglo. Detta no irá sola, porque ya su hija y otras ciclistas le han dicho que estarán con ella. Si logran esta pequeña gran hazaña, un reducido grupo de mujeres de todo el mundo, habrá logrado finalmente, romper un poco el cerco de la guerra en Oriente Medio

Mujeres e igualdad: radiografía de un largo trayecto

Han pasado ya 30 años desde que en 1977, las Naciones Unidas declararan oficialmente el 08 de Marzo como el “Día Internacional de la Mujer”, pero hoy la nomenclatura apenas sirve como un pretexto anual para recordar las cifras de retraso, casi idénticas año con año.

-Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la actual crisis económica afectará más a las mujeres debido a que su precariedad laboral ya precedía al colectivo femenino mucho antes de que el colapso financiero irrumpiera. El organismo prevé que unos 22 millones de mujeres engrosarán la lista del desempleo mundial.

-Actualmente, el 70% de las personas en sit
uación de pobreza son mujeres, no obstante, son ellas quienes trabajan el 80% de la tierra en el planeta, aunque sólo un 1% es dueña de sus terrenos.

-La diferencia salarial entre hombres y mujeres todavía ronda entre 30 y 40% de diferencia, aún en países desarrollados.

-Como cada año, el informe del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), señala que hay pocos avances en la situación de igualdad de las mujeres en el mundo: ellas son aún objeto de discriminación sistemática en el acceso a la educación, la salud y los bienes productivos. En consecuencia, son ellas quienes más resienten el hambre y la pobreza.

-Diversas organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional, La Cruz Roja Internacional, Médicos sin Fronteras y Human Rights Watch, así como la propia Organización de las Naciones Unidas, hacen cada año, un señalamiento que es una costumbre con pocos avances: “las mujeres y los niños son las víctimas que más sufren los estragos de la guerra y los conflictos armados”

-La Coalición para acabar con la Utilización de Niños Soldado, estima que en el mundo hay cerca de 500,000 infantes que combaten y la tercera parte son niñas, cuya vulnerabilidad aumenta porque son sometidas a la violencia y la explotación sexual.

-Notas de prensa recogidas por la organización “Code Pink” de mujeres por la paz, afirman que un tercio de las mujeres soldados del ejército estadounidense que participaron en las guerras de Irak y Afganistán, habían denunciado violaciones y otro tipo de abusos sexuales por parte de sus propios compañeros de campaña. Muchas de estas mujeres murieron en sus trincheras, pero asesinadas y violadas por el mal llamado: “fuego amigo”.

-En poco más de un siglo desde que se otorgaron los primeros Premios Nobel de la Paz, apenas 15 mujeres se han hecho acreedoras a este galardón. La iniciativa que reunió a 1,000 Mujeres para el Nobel, al que pertenecía Detta Regan, no llegó a ser premiada, aunque por lo menos, ese año el Nobel fue otorgado a una mujer.



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