Hoy empieza el segundo día de huelga de la sanidad gallega. El seguimiento de ayer, primera jornada de “folga”, fue superior al 80% según los sindicatos convocantes, a pesar de que las cifras oficiales de SERGAS, como ya es habitual, son inferiores. Pero lo que importan son los motivos, que la reivindicación es necesaria, y que la ciudadanía galega entiende que defendiendo sus derechos, el personal sanitario defiende la sanidad de todas. Hay que acabar con las plantas cerradas y las camas de hospital vacías mientras Urgencias presentan imágenes dantescas. Hay que poner fin a los beneficios impropios de la sanidad privada mientras se escatima y regatea en medicamentos y atención en la pública. En Galiza se han librado de Pilar Farjas (que ahora asesora directamente a Ana Mato) pero no de la salvaje política de recortes que representan auténticos hachazos contra nuestra salud.
Infolibre: “La sanidad pública gallega está en pie de guerra. La disminución de efectivos, los recortes y copagos y la pérdida de derechos laborales están entre las razones que han llevado a las organizaciones CESM, O’ Mega, CIG y CCOO a convocar las dos jornadas de paro –previstas para ayer y hoy– a la que ha sido llamados más de 33.000 profesionales del Servicio Galego de Saúde (Sergas). “Esta huelga también tiene un componente social: defendemos el sistema público ante las políticas de ajuste que pueden acabar por perjudicar la calidad asistencial”, señala Ángel Cameselle, secretario general de la federación de Sanidad de CCOO en Galicia. El seguimiento del paro en su primera jornada fue del 70%, según los convocantes. La Xunta rebajó esta cifra a sólo uno de cada cuatro profesionales.
Las organizaciones de representación del personal sanitario denuncian que las no renovaciones de interinos y eventuales, la restricción a la incorporación de nuevo personal, la precarización de las nuevas altas y la limitación al 10% de la tasa de reposición –es decir, que sólo se puedan cubrir 1 de cada 10 bajas del sistema– ponen en riesgo la prestación de un servicio “de calidad”. Además, recuerdan que se suspendió el plan de mejora de atención primaria, que recogía un aumento de la plantilla de los centros de salud y puntos de atención continuada –”estaba prevista la incorporación de 1.049 profesionales que nunca se llegó a producir”, dice María Xosé Abuín, secretaria general de CIG-Saúde– y se redujeron las sustituciones. “Sólo en el último año la plantilla sanitaria ha perdido 2.000 efectivos y la contratación es un tercio de lo que era hace tres años”, añade Cameselle. Además, el presupuesto sanitario se ha reducido en 170 millones de euros desde 2010.
Sin embargo, a prender la mecha de la movilización ha contribuido, y mucho, la implantación de las áreas de gestión clínica que plantea la Xunta. Se trata de la creación de departamentos integrados por médicos, enfermeros y administrativos voluntarios a través de los cuales la Consellería de Sanidade quiere reorganizar la asistencia sanitaria y recortar el gasto en hospitales y ambulatorios a cambio de incentivos salariales. Es decir, dispone primas para los profesionales de estos centros que logren reducir la factura sanitaria. “No estamos en contra de la gestión clínica llevada a cabo con criterios científicos, basada en el conocimiento y encaminada a dar más autonomía a cada área, pero sí de estas fórmulas que pretenden transferir a los profesionales la responsabilidad de los recortes y que están orientadas a potenciar la entrada del capital privado”, se queja Abuín, que añade que, en Galicia, “no hay más margen para el ahorro”.”
Seguir leyendo sobre la flexibilidad de las plantillas de personal sanitario y mucho más en el documentado artículo de Elena Herrera en InfoLibre.
