El conflicto armado en la región de Bunyakiri causó el asalto a la población y el saqueo, además del reclutamiento de niños soldado y la violación de niñas. Esta situación obligó a huir a los civiles. A finales de 2012, los ciudadanos volvieron a sus casas. El trastorno postraumático afectó especialmente a los más jóvenes, por lo que Coopera ha desarrollado una actividad psicosocial de apoyo al alumnado de 9 escuelas de la zona.