Lo primero de todo me presento, soy Laura Carod y hace unos años me licencié en Periodismo. Durante los cuatro años de carrera mis estimados profesores universitarios, muchos de ellos también profesionales de diversos medios de comunicación, me enseñaron la importancia de redactar una noticia en formato de pirámide invertida, es decir, desde lo más importante hasta lo menos relevante.
Los que habéis estudiado periodismo estoy convencida de que os acordáis como el primer año de carrera nos repetían una y otra vez que en el primer párrafo teníamos que contestar a las 6 W. El alumno que no redactaba de esa manera rara vez conseguía aprobar los durísimos exámenes de redacción.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y dicen (aunque me niego a reconocerlo) que el periodismo tradicional y la famosa pirámide invertida han muerto. La llegada del periodismo 2.0 ha dado un absoluto vuelco a la profesión. Ahora ya no es únicamente el periodista el que transmite una notica, ahora son los ciudadanos a través de sus blogs y redes sociales los que informan de lo acontecido.
Cualquier herramienta es válida para trasmitir una noticia, basta con sólo 140 caracteres o con un mini post de 200 palabras. ¡Lo que premia hoy en día es la inmediatez y no el medio en el que se difunde la noticia o el modo en el que se redacta un texto!
Aunque a muchos periodistas no nos guste admitirlo vivimos en una era donde conseguir un un retuit o un enlace que ayude a posicionar una web es mucho más importante que calidad del artículo que hemos realizado.
No obstante, el periodismo 2.0 también tiene su lado positivo, permite interactuar a todos los ciudadanos. Ahora el periodista tiene la oportunidad de estar en contacto con su audiencia a través de los medios sociales para, no sólo difundir la noticia, sino también para elaborar una historia junto a todo su público.
Es indiscutible que las redes sociales y la apertura de diferentes gestores de contenidos han cambiado la forma de trabajar de los periodistas.