Demostrar que la diabetes no limita tu vida es el objetivo de esta expedición formada por jóvenes que padecen esta enfermedad crónica. Para ello, un reto, subir hasta el campamento base del Everest situado a 5.350 metros de altura de la mano del alpinista diábetico Josu Feijoo
La diabetes es la patología crónica más prevalente en España y afecta a cinco millones de personas. Telefónica, el alpinista Josu Feijoo y Saluspot, portal para la comunicación de usuarios con especialistas médicos, son los impulsores de esta iniciativa que demuestra que la diabetes no es un impedimento para llevar una vida normal.
La tercera expedición ‘Diabéticos en el Everest’ salió ayer desde Madrid y su objetivo es alcanzar el campamento base de la montaña (5.350 metros) en 7 días.
Telefónica y Josu Feijoo se han encargado de la selección de los participantes. Los elegidos son cuatro jóvenes diabéticos de tipo 1: Vanessa Guijarro, ama de casa, 35 años; Ángel Mangas, albañil, 29 años; Iván Antón, geriatra, 33 años y Laura Mármol, bióloga, 22 años. A ellos se une José Ramón Castañares, empleado de Telefónica, 41 años. La iniciativa cuenta con el patrocinio de Menarini y FAES Farma.
Iván Antón que ha subido hasta un máximo de 3500 metros de altura, cree que “ver cómo el descenso del oxígeno te afecta es un reto y una incógnita para todos”. Ángel Mangas y Laura Mármol declaran haber alcanzado 2500 y 3000 metros, respectivamente. Todo un desafío para este grupo de alpinistas que ahora se enfrenta a casi el doble de altura.
La leridana Vanessa Guijarro ve en esta aventura “una oportunidad para demostrar a su hijo de cuatro años, que es diabético desde los dos, que no tiene nada raro”.
Preparando el reto
Josu Feijoo, jefe de la expedición, explica que “cuando se trata de deportes de alto nivel y se da el condicionante de la diabetes, hay que estar bajo los parámetros de un médico deportivo y de un endocrino”.
“El entrenamiento de los diabéticos es el mismo que el de cualquier otro deportista, se necesita una buena dosis de reservas aeróbicas”, afirma el alpinista. La principal diferencia es que el cuerpo de un diabético no reacciona de la misma forma, cuando se tiene un desgaste físico, los niveles de glucosa bajan y se puede entrar en hipoglucemia. Por ello, es importante hacer controles de glucosa y estar monitorizado por un médico.
Aunque los diabéticos de tipo 2 también pueden enfrentarse a este desafío, esta expedición se ha planificado para los de tipo 1 porque hacer su seguimiento es más sencillo, matiza el experimentado alpinista.
La altura sumada a una bajada de presión produce que haya un menor componente de oxígeno en sangre. Bajo estas condiciones, los efectos de la hipoglucemia se multiplican por tres y “hay que reaccionar rápido”. Si el cerebro se queda sin glucosa, se puede entrar en coma hipoglucémico, advierte Feijoo.
Innovación tecnológica para la salud
Para controlar la diabetes se usa el servicio de telemedicina. Un glucómetro monitoriza el nivel de glucosa y esto va a parar a un teléfono movil o tablet que permite al paciente estar conectado con su médico en todo momento.
El servicio dispone de alarmas que se activan si el paciente se encuentra dos veces seguidas por encima o por debajo de los valores establecidos por su médico; es como “llevar el médico en el bolsillo”, declara Josu Feijoo. Mientras que lo normal es realizar controles de glucosa 3 o 4 veces al día, durante las marchas los alpinistas se los harán entre 10 y 12 veces diarias.
La telemedicina ofrece a las generaciones jóvenes de diabéticos la posibilidad de poder viajar con toda la tranquilidad, siempre y cuando se hagan los controles de glucosa, concluye el alpinista.
Fuente: Agencia EFE