Los beneficios que aportan los GAM son numerosos y se mueven en planos interdependientes. Por una parte generan seguridad y confianza, ayudan a afrontar situaciones cotidianas y posibilitan el desarrollo del optimismo, el deseo de superación y las ganas de disfrutar de la vida, a pesar de lo difícil que puede resultar para la persona afectada afrontar los síntomas de su enfermedad.