
Ya lo advirtió recientemente Boaventura de Sousa Santos: “la idea de Europa como defensora de los Derechos Humanos es un mito romántico”. El 4 de abril de 2016 pasará a la historia de la infamia de la humanidad. Como protagonista de la vergüenza, una Europa que incumple flagrantemente la legislación internacional, incluso la suya propia, en materia de derechos humanos y refugio. La UE ha dinamitado sus valores fundacionales y, con ellos, el propio proyecto europeo. Las consecuencias se llevan por delante los derechos humanos y las vidas de miles de personas.