
Conseguir que la misión de demostración tecnológica de ondas gravitacionales de la ESA llegase a su órbita operativa inicial ya era todo un reto. Ahora, para que se mantenga, hace falta trabajo en equipo, gas frío y una serie de pequeños impulsos.
Conseguir que la misión de demostración tecnológica de ondas gravitacionales de la ESA llegase a su órbita operativa inicial ya era todo un reto. Ahora, para que se mantenga, hace falta trabajo en equipo, gas frío y una serie de pequeños impulsos.