
El camino para hacer realidad la misión Aeolus de la ESA ha sido largo y difícil, pero desarrollar un nueva tecnología espacial es, por naturaleza, un desafío. Ahora que el satélite ya está equipado con su revolucionario instrumento, el resto del camino hasta la última ronda de ensayos en Francia, antes de su envío al lugar del lanzamiento a finales de año, será mucho menos arduo.