
Alrededor del 90% del comercio mundial recurre al transporte por mar, por lo que garantizar que un barco siga la ruta más rápida presenta ventajas económicas evidentes. Al combinar las mediciones de distintos satélites, la ESA ofrece información clave sobre corrientes oceánicas, lo que no solo aumenta la eficiencia del transporte por barco, sino que también contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono.