En una tribuna que publica hoy El Confidencial, el histórico Rafael Matesanz pide que el exfutbolista y su primo den la cara y se expliquen ante instancias judiciales y periodísticas.
El fundador y exdirector de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, sostiene que en la investigación del llamado caso Abidal “es necesario ir hasta el final con todas sus consecuencias”. Así lo afirma en una tribuna que publica hoy El Confidencial en la que añade que “una credibilidad labrada a lo largo de muchos años” —la de la ONT— “no admite en absoluto un cierre en falso”.
Matesanz, que fundó la ONT en 1989 y la dirigió hasta 2017, es además premio príncipe de Asturias y era el máximo responsable de la organización cuando en 2012 se trasplantó al barcelonista Eric Abidal. En el artículo aborda la decisión del juzgado de Barcelona que archivó el caso sin informar a la ONT y sin llamar a declarar al expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, al que en unas conversaciones grabadas por orden judicial un empleado del club le habla de que había comprado un hígado ilegal para el jugador. La juez cerró la investigación tras la negativa francesa a enviar datos. “En esta historia no se entiende que la juez considerase que no pasaba nada y archivase el caso ante una respuesta funcionarial de la justicia francesa, también incomprensible”, escribe Matesanz.
Matesanz, que fundó la ONT en 1989 y la dirigió hasta 2017, es además premio príncipe de Asturias y era el máximo responsable de la organización cuando en 2012 se trasplantó al barcelonista Eric Abidal. En el artículo aborda la decisión del juzgado de Barcelona que archivó el caso sin informar a la ONT y sin llamar a declarar al expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, al que en unas conversaciones grabadas por orden judicial un empleado del club le habla de que había comprado un hígado ilegal para el jugador. La juez cerró la investigación tras la negativa francesa a enviar datos. “En esta historia no se entiende que la juez considerase que no pasaba nada y archivase el caso ante una respuesta funcionarial de la justicia francesa, también incomprensible”, escribe Matesanz.
Tampoco se entiende, comenta el histórico doctor —que sobrevivió en el cargo con gobiernos de todos los colores—, “que la ONT se entere por la prensa de unas escuchas realizadas hace más de un año y que ni la jueza, ni la fiscalía ni la policía consultaran con la ONT como hicieron en su momento con los intentos de tráfico de órganos, desarbolados precisamente gracias a esa cooperación”.
Hay un sentimiento compartido por todos: ojalá todo quede en nada y se demuestre que se ha actuado correctamente
Eso sí, añade que ojalá el caso quede en nada y la investigación sirva para disipar las dudas. “Los tres controles estipulados en la ley: equipo de trasplantes, comité ético del hospital y juez (este último prácticamente exclusivo de España), destinados a garantizar que la donación es altruista y que no existen contraprestaciones económicas o en especie a cambio de la cesión del órgano, ni tampoco coacción sobre el donante, se cumplieron como no podía ser menos, y por tanto no había motivos para sospechar irregularidad alguna. Nuestra legislación no exige una relación familiar entre donante y receptor y cuando esta no existe o al menos no es muy estrecha, descartar compensaciones es posible, pero complicado. Nadie puede garantizarlo al cien por cien”.
Fuente: www.elconfidencial.com