El cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo y somos la primera generación que lo comprende plenamente y la última generación que puede hacer algo al respecto
Con tan solo 15 años Greta Thunberg decidió que no podía permanecer impasible y que debía reclamar a su gobierno el cumplimiento de los compromisos establecidos en el Acuerdo de París para reducir las emisiones de carbono. Con un cartel que rezaba ‘Huelga escolar por el clima’ esta joven sueca comenzó su lucha para frenar el cambio climático.

Este ejemplo parece haber despertado conciencias e impulsado a millares de jóvenes alrededor del mundo que han comenzado a proclamar que son «imparables y que otro mundo es posible», uno de los lemas del movimiento Fridays For Future (Viernes para el futuro). El cambio climático está siendo una noticia ‘candente’ este septiembre no solo por las temperaturas alcanzadas durante el verano sino porque el día 23 se celebró la Cumbre sobre la Acción Climática en Nueva York y la #WeekForFuture con más de 2.400 actividades del 20 al 27 de septiembre, así como una huelga convocada en más de 1.000 ciudades el viernes 27.
La pérdida de los casquetes glaciares del Ártico y el aumento del nivel del mar, la extinción de especies y pérdida de diversidad biológica, las olas de calor y las precipitaciones intensas, como la gota fría sufrida recientemente en el sudeste de la península ibérica… Estas y otras son evidencias por todo el planeta constatan que el cambio climático es una realidad y no solo una amenaza inventada por colectivos ecologistas y activistas medioambientales.
Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático el aumento de la temperatura media entre 1850- 1900 y 2006-2015 fue de 0,87ºC. No parece demasiado pero, si comparamos los datos disponibles según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 2018, la temperatura media mundial ha sido la cuarta más elevada y en los últimos 22 años se han registrado los 20 años más cálidos.
En palabras de Elena Manaenkova, secretaria general adjunta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), cada fracción de grado de calentamiento tiene repercusiones en la salud humana, el acceso a los alimentos y el agua dulce, en la extinción de animales y plantas y en la supervivencia de los arrecifes de coral y la vida marina; en la productividad económica, la seguridad alimentaria y la resiliencia de nuestras infraestructuras y nuestras ciudades. Afecta también a la velocidad de fusión de los glaciares y el suministro de agua, así como al futuro de las islas de baja altitud y las comunidades costeras. Cada fracción de grado importa y tiene un costo incalculable sobre la calidad de vida en el presente, por no hablar del futuro. Simplificando cálculos, y refiriéndonos solo a términos económicos, en 2017 el costo total de los desastres relacionados con el clima alcanzó la cifra récord de 320.000 millones de dólares, señaló el secretario general de la ONU, António Guterres. Además, los costes no los pagan los principales causantes y, generalmente, quienes sufren más daños son los colectivos más vulnerables. ACNUR vaticina que en los próximos 50 años entre 250 y 1.000 millones de seres humanos deberán abandonar su hogar a causa del cambio climático, con todo el drama que esto puede suponer sin considerar los restantes efectos colaterales.

Después de esto cabe preguntarse si es demasiado tarde o todavía estamos a tiempo de frenar este desastre. El cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo y, como afirma Petteri Taalas, somos la primera generación que lo comprende plenamente y la última generación que puede hacer algo al respecto. Así que, además del secretario general de la OMM, los informes técnicos confirman que hay esperanza, pero esto requerirá un esfuerzo sin precedentes por parte de todos. Abordar el cambio climático requiere acción en todos los niveles de la sociedad, desde individuos y educadores hasta políticos y empresas. Al fomentar la concienciación, el desarrollo de capacidades y la innovación, el aprendizaje sobre el cambio climático ayuda a las comunidades e individuos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a adaptarse efectivamente al cambio climático. Juntos se pueden promover líneas de trabajo, propuestas políticas y cambios económicos que permitan frenar el desastre y lograr no solo del ODS 13, Acción por el clima, sino también de los 16 ODS restantes que se recoge la Agenda 2030 de la ONU.
En la Universidad de La Rioja nos queremos sumar al movimiento contribuyendo a concienciar a la sociedad riojana y la comunidad universitaria. Desde la Cátedra Unesco ciudadanía democrática y libertad cultural, la Oficina de Sostenibilidad de la Universidad de La Rioja y Coordinadora de ONGD de La Rioja hemos organizado el IV Curso de Verano ‘Agenda 2030. ODS 13. Cambio Climático: Evidencias Presentes y Retos del Mañana’ que se celebrará del 30 de septiembre al 4 de octubre. Todavía estamos a tiempo de luchar contra el cambio climático y de demostrar que hay otra manera más justa y sostenible de conseguir el desarrollo, desde aquí y ahora y, sobre todo, porque estamos en deuda con los millones de jóvenes de hoy y de las generaciones venideras. No hay que olvidarlo, somos imparables, otro mundo es posible. Gracias Greta.
Fuente:
Artículo de Opinión de Emma Juaneda Ayensa
Publicado en el Dario La Rioja 29/09/2019.