La cosa tiene miga. Justamente cuando el Govern catalá ha retirado ayudas y subvenciones a hogares de ancianos, recorta a diestro y siniestro por los cuatro puntos cardinales acude solícito a financiar suculentamente a determinados medios de comunicación. Se trata de la doble moral y la doble contabilidad de un equipo de gobierno que fue presentado en su día como el de «los mejores» y ha demostrado competir en el mismo terreno económico con el de Mariano Rajoy, El Empecinado Chico.
Naturalmente la contrapartida aparente (sólo aparente, ¿eh?) es que dichos medios hagan ediciones en lengua catalana, un idioma lo suficientemente robusto e instalado ya en todos los ámbitos (en la calle, en la vida social y en el mundo académico) que no necesita ayuda de ningún tipo. Sólo los interesados alarmistas (interesados, he dicho) hablan de retroceso o amenaza de desaparición precisamente para poner la mano y recibir el parné correspondiente. Mientras tanto, un millón largo de personas sufren los estragos que provoca la crisis económica y la ausencia de amortiguadores sociales por parte de los poderes públicos y otro millón largo de buenas gentes ven recortados sus salarios.