Escribe Publícola
Me sorprendió el titular de prensa: el papa Francisco habría declarado en una entrevista a Il Messagero, según “Agencias”, que los comunistas han robado a la iglesia [católica] la bandera de la pobreza. Todos sabemos lo que son los titulares de prensa, puede esperarse de ellos cualquier cosa, siempre que sea sensacional. En este caso lo que picó mi curiosidad fue lo de la bandera de la pobreza. ¿Qué cosa sería esa? Leí el artículo de principio a fin y no acabé de entenderlo. Me pareció un comistrajo mal cocinado. Problema de las Agencias, sin duda; seguro que en el Messagero está todo mejor explicado. Lo que se deduce del texto es que el papa, más que hablar de un robo, argumenta que los comunistas han seguido la senda emprendida por la Iglesia veinte siglos atrás, y cuando luchan contra la pobreza se les podría decir: «¡Pero si sois cristianos!»
Lamento parecer escéptico, me da la sensación de que en el mejor de los casos se ha tomado al vuelo una frase casual y no muy discurrida del pontífice, y se la ha convertido en titular de cabecera. Con qué intención, contra quién en concreto se ha elaborado ese titular, no sabría decirlo. La frase tal cual está no hace honor al papa, ni a la Iglesia católica, ni a los comunistas, ni siquiera a los pobres.
Peor aún es lo que se encuentra rebuscando en los entresijos del artículo de marras. O Bergoglio tenía un día fatal, o el autor del resumen de la entrevista debe inexcusablemente pasar de nuevo por la escuela de periodismo. Esto es lo que se dice que dice el papa sobre la Iglesia y la mujer: “Que «la mujer es lo más bonito que ha creado Dios», y que la Iglesia es mujer, aunque ha precisado que no se habla mucho de ello y que hay que trabajar sobre la «teología de la mujer».”
Ya puestos, tampoco sobre la pobreza se habla mucho en la Iglesia de hoy, y sin duda también convendría trabajar más en relación con una teología de la pobreza. Me niego de todos modos a aceptar al pie de la letra la fiabilidad de estas declaraciones papales, porque de hacerlo, la única conclusión posible sería que el espíritu santo se columpió majestuosamente durante el conclave de hace año y medio, y fue a posar su llama o su paloma sobre la cabeza equivocada. La conclusión sería entonces que ni dios es infalible.
