Hace años que cada cinco de agosto leo a mi amigo Rafa García Almazán. Nunca ha fallado a esta cita y hoy, cuando se conmemoran los 75 años, no podía faltar. Del blog de Kabila:
Hoy vuelve a salir el sol. Un sol cubierto de rosas. Rosas de tres colores: Rojas, amarillas y violetas. Rosas cubiertas de rocío, Rosas jóvenes, con ganas de vivir. (…) Porque cada cinco de agosto, somos muchos los que estamos empeñados en que resuciten. Y ahí, están, las vuelvo a ver, tal como me lo contaba mi madre, que pudo ser una de ellas. Tenían miedo, y quién no, pero sabían que tenían la razón, que no habían cometido ningún delito. Jóvenes, valientes, alegres, fueron asesinadas por criminales sin escrúpulos, con el solo fin de hacer ostentación de un poder ilegítimo e ilegal (…) Ha tenido que ser una jueza argentina, María Servini, quien ha instruido una causa, hoy todavía abierta, contra el franquismo para vergüenza de nuestras instituciones. Y, por otro lado, la ONU ha dado 90 días para que el gobierno español explique cómo va a reparar a las víctimas franquistas.
Aún sin perder la esperanza, después de tantos años, sabemos que en nuestro país poco se hará, se volverá a decir que hay que mirar hacia adelante. Eso sí, con una mochila llena de miserias, cargada de víctimas no reconocidas, no reparadas, voluntariamente olvidadas. Por eso, para mí, esas Trece Rosas, que hoy vuelven a resucitar en mi memoria, son el símbolo de aquel horror y de esas víctimas, hoy todavía a la espera de recibir, algo tan simple como: Verdad, Justicia y Reparación.
Y con la cita emocionada, la constatación que algo más nos une hoy a Argentina, porque no sólo de la mano y por la voluntad de una jueza argentina sigue palpitando nuestra memoria histórica. También hoy del pueblo argentino nos llegan lecciones aprendidas y olvidadas y advertencias de nuevas estafas sobre un paisaje de corrupción que, ni en lo local ni en lo global, parece conocer otras fronteras que las de su clase: (los corruptos se arropan entre sí, como nos recuerda Rosa María Artal. )
Y así, como escribe Juan Carlos Monedero:
La pelea que tiene ahora mismo Argentina contra los fondos buitre (fondos que tienen tanto dinero que compran bienes devaluados y luego, con la ayuda de los jueces, quieren cobrarlos, sin prisa alguna, a precios multiplicados por mil) es la pelea de cualquier demócrata. En cualquier lugar del mundo. Su victoria será, también en España, un empujón para auditar la deuda y exigir que no nos cobren a los ciudadanos los desmanes de otros. El gobierno argentino va ganando. No hace falta apoyar todo lo que hace ese gobierno. Apenas nos atreveríamos a defender lo que hacemos cada uno cada día. Pero esa pelea es histórica. Es hermosos saber que la pelea a ambos lados del Atlántico es la misma. El sistema no nos pregunta la nacionalidad para robarnos (…) Hace más de dos décadas que saben allá qué significa la dación en pago, la prima de riesgo, los bonos a diez años, el FMI que no se presenta a las elecciones pero organiza los países. Los fondos buitre ya están operando en España comprando viviendas de protección oficial. Los latinoamericanos, cuando vienen a España, dicen: “vengo del futuro”. Aprendamos. O repitamos el dolor. Un bálsamo podría curarnos. Saber que los pueblos, como los rebeldes, se encuentran en el camino.
