Homenaje a BRUNO TRENTIN*
Vuelve, como tradicional serpiente de verano, la reforma de
Si comparásemos la Seguridad Social a un edificio, caeríamos en la cuenta de que las reformas que se han intentado hasta la presente se han orientado en, al menos, dos direcciones: una, desmantelar algunos de los puntales de la casa; otra, modificar algunas habitaciones de la misma sin saber qué encaje y compatibilidad tiene con el conjunto de los planos del edificio. En todo caso, parece evidente que el interés de la sedicente reforma que tienen en la cabeza Mariano y sus franquicias es el desmantelamiento por vía legislativa de la Seguridad Social.
Tengo para mí que las izquierdas deben revisitar sus antiguas propuestas de cómo reformar la Seguridad Social. También el sindicalismo, aunque este haya tenido, por lo general, mejor tino. En ese sentido, se proponen las siguientes consideraciones: a) partir de un diagnóstico aproximadamente certero; b) una metodología conveniente; y c) la relación con los diversos sujetos sociales.
1.-- Joan Coscubiela, que conoce el paño y sus entretelas, ha publicado un artículo que debería considerarse de manual: Pensiones: retos y riesgos. Comparto el análisis y el conjunto de las observaciones que hace el diputado por Barcelona. Pues bien, ahí tienen las izquierdas sociales y políticas el «diagnóstico aproximadamente certero» que se necesita. Más todavía, en dicho artículo aparecen de manera suficientemente clara las vinculaciones que el welfare tiene con todas las variables de la economía. De aquí se desprende lo que nunca pareció obvio en la práctica de la izquierda española y europea, a saber: el welfare no es una variable independiente.
2.— Por lo tanto, podemos hablar de la interdependencia del welfare con: el crecimiento o decrecimiento de la economía; el mercado de trabajo y sus cambiantes características; la cuestión salarial; las políticas demográficas; y, por fin, de la política fiscal. Este es el polinomio principal del welfare, y –como en todo polinomio-- no hay variables independientes. Repetiré lo que he escrito en otras ocasiones: no es un conjunto de tapas variadas, ni un conjunto de retales. Y, no obstante, de esa manera tan tosca ha sido tratado el problema por la izquierda, tanto cuando estaba en la oposición como en el gobierno. La excepción, la verdad sea dicha, ha estado en el sindicalismo confederal que, en su tiempo, propuso un texto orgánico.
En resumidas cuentas, la metodología que se propone es de tipo omnicomprensivo, a saber, que no afronte solamente las goteras del viejo edificio sino el conjunto del polinomio del welfare con todos sus vínculos y compatibilidades entre sí, archivando definitivamente la mala técnica de ir a salto de mata. Coscubiela lo deja meridianamente diáfano: «a un trabajo precario corresponde una Seguridad Social precaria». Por lo tanto, la conclusión para una metodología fundamentada es tan clara como el agua clara para la reconstrucción de ese nuevo edificio. Pero, si quiere ser nuevo –de progreso, inclusivo y eficiente-- debe estar concebido en el nuevo paradigma de los procesos de innovación y reestructuración de los aparatos productivos, del conjunto de la economía. No es posible que sea radicalmente nuevo si se concibe en clave fordista, que es un sistema que ya es pura herrumbre.
3.-- Los sindicatos y los partidos de izquierda tienen un papel fundamental, pero no son los únicos sujetos en la reconstrucción de un welfare profundamente renovado. Digamos que, porque la mayoría de la población no está inscrita en tales organizaciones, es absolutamente imprescindible recabar la voz organizada del conjunto del asociacionismo. ¿No sería una idea oportuna establecer un foro permanente de debate y propuesta a tal efecto?
* Este es un modesto homenaje a Bruno Trentin, el sindicalista europeo más fascinante de los últimos setenta años, que nos dejó hace ocho años.
Radio Parapanda. Javier Aristu en El renegado Tsipras: https://encampoabierto.wordpress.com/2015/08/24/el-renegado-tsipras/