La conocen como la Ana Frank de los Balcanes. Su diario, escrito entre los 11 y los 13 años mientras vivía confinada en el sótano de su casa durante la cruenta disolución de la ex Yugoslavia, se ha traducido a más de 35 idiomas, y algunas escuelas lo utilizan ya como un libro de texto para enseñar la cara más humana y más vulnerable de las guerras: es la palabra de una niña que se debate entre el miedo, la confusión y las ganas de seguir viviendo. El horror contado con belleza. Con la inocencia que se rompe. Zlata Filipović, que logró sobrevivir a los combates, es ahora una joven pacifista, dedicada a rescatar las voces de las muchas Ana Frank que todavía hoy están escondidas, sometidas, silenciadas por los conflictos.












