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29/10/2025 - El Instituto Jane Goodall pide trasladar al bebé gorila Zeytin a un santuario en África

El Instituto Jane Goodall Global expresa su profunda preocupación por el actual cautiverio de Zeytinun bebé gorila retenido en un zoológico turco tras haber sido incautado en una operación contra el tráfico ilegal de animales salvajes. Zeytin no es solo víctima del crimen transnacional, sino también de un sistema que ignora las profundas implicaciones éticas, ecológicas y científicas de mantener a grandes simios en cautividad.

Zeytin fue incautado el 22 de diciembre de 2024 en el aeropuerto de Estambul, oculto dentro de un cargamento dirigido a Tailandia, cuyo destino final probable era un zoológico privado del sudeste asiático. Este caso ejemplifica la cruel realidad del tráfico ilegal de animales salvajes, en el que las especies en peligro de extinción son tratadas como mercancías, privadas de su libertad y del derecho a vivir en su hábitat natural.
Los gorilas, como todos los grandes simios, son seres sintientes con vidas emocionales, cognitivas y sociales complejas. Comparten aproximadamente el 98% del ADN humano y necesitan entornos que favorezcan su bienestar psicológico y físico. La evidencia científica demuestra contundentemente que el cautiverio, especialmente el aislamiento de los jóvenes individuos, al privarlos de los vínculos maternales y sociales necesarios para un desarrollo saludable, provoca estrés crónico, depresión y problemas de salud a largo plazo.

El confinamiento de Zeytin en una institución no especializada viola los principios internacionales de conservación y las normas éticasSu lugar legítimo es un santuario acreditado en África, donde pueda recibir cuidados apropiados para su especie, convivir con los de su especie y empezar un largo proceso de rehabilitación con el objetivo final de su posible reintroducción en la naturaleza.
La justificación de que la subespecie de Zeytin, distinta de las nativas de Nigeria, requiere su aislamiento continuo no se ajusta al conocimiento científico actual ni a las mejores prácticas en materia de bienestar de primates, y por lo tanto, merece una seria reconsideración. Santuarios acreditados en toda África han demostrado su capacidad para cuidar gorilas y otros grandes simios de diversas subespecies, priorizando la rehabilitación, la integración social y entornos apropiados para la especie, de acuerdo con los estándares internacionales reconocidos. El aislamiento prolongado y la interacción humana continua pueden afectar negativamente el desarrollo psicológico de Zeytin y aumentar el riesgo de antropomorfización, comprometiendo así su potencial de reintroducción en el futuro. Cuanto más persistan estas condiciones, mayor será el riesgo de daños irreversibles. 

Además, retener fauna salvaje incautada en países de tránsito, en lugar de repatriarla a sus hábitats naturales, sienta un precedente peligroso. Esta práctica socava los esfuerzos internacionales para combatir el tráfico de fauna salvaje y erosiona el principio de justicia ecológica. Los países de tránsito no deben convertirse en custodios de animales traficados; en cambio, deben actuar con responsabilidad y facilitar el retorno de estos individuos a santuarios reconocidos dentro de sus entornos naturales.

El Instituto Jane Goodall Global reafirma los principios establecidos en la Declaración de Kinshasa sobre los Grandes Simios, adoptada por GRASP en 2005, que reconoce el intrínseco valor de los grandes simios y la obligación moral de la comunidad internacional de protegerlos. La declaración insta a la colaboración internacional para erradicar el comercio ilegal, brindarles cuidados apropiados para cada especie y preservar la dignidad de los grandes simios como parte de nuestro patrimonio natural compartido. El caso de Zaytin demuestra la urgente necesidad de actuar conforme a estos compromisos.

Hacemos un llamado a las autoridades turcas, a las organizaciones internacionales de conservación, y a la comunidad internacional a actuar conforme a los principios de la Declaración de Kinshasa, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Salvaje (CITES), la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD), los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y la Resolución A/RES/79/313 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la lucha contra el tráfico ilícito de fauna salvaje. En consonancia con estos marcos internacionales, abogamos por el traslado de Zeytin a un santuario acreditado para grandes simios en África, donde se pueda respetar su bienestar como ser sintiente y se pueda salvaguardar su futuro de acuerdo con los estándares de cuidado y responsabilidad ética reconocidos a nivel mundial.

El Instituto Jane Goodall Global está dispuesto a colaborar en los esfuerzos de reubicación y rehabilitación de Zeytin. Su caso pone de relieve la urgente necesidad de reforzar la aplicación de las leyes contra el tráfico ilegal de animales salvajes y de defender la dignidad y la libertad de nuestros parientes vivos más cercanos.

Crédito foto: © Mehmet Murat Önel


26/06/2025 - Un selfi no vale una vida: el postureo en redes sociales amenaza a especies en peligro de extinción

Tina la rescatamos en 2020, junto a otras dos chimpancés adultas, después de llevar años retenidas en horribles condiciones en un restaurante de Cabinda, en Angola, como reclamo turístico. Estaba llena de piojos, tenía parásitos internos y, aunque estaba acostumbrada a ver pasar a personas y animales, desconfiaba del contacto humano. Su historia es la realidad escondida detrás de esas fotos “tiernas” y experiencias con animales salvajes para turistas.

La pequeña Tina recuperándose en nuestro Centro de Rehabilitación
de Tchimpounga en Congo (© IJG / Fernando Turmo)

La búsqueda de likes con estas fotografías ha alimentado un negocio basado en la interacción forzada con fauna salvaje. Para conseguir esas imágenes, los animales son acosados en la naturaleza, generándoles un alto estrés, o son capturados de su entorno, separados de sus madres y entrenados con métodos agresivos en instalaciones que se hacen pasar por santuarios o centros de rescate, donde viven aislados y sufren daños físicos y psicológicos.

Las buenas imágenes de chimpancés salvajes representan a los animales viviendo libremente en la naturaleza y exhibiendo comportamientos naturales (© Nick Riley)

Ni ético, ni seguro

La interacción con animales salvajes representa un peligro para las personas. Son seres con fuerza e impredecibles que pueden reaccionar de forma agresiva cuando se sienten amenazados o estresados. Lamentablemente, hay ejemplos de ello, como el caso ocurrido a principios de año en Tailandia, cuando una joven española de 22 años murió tras ser embestida por un elefante en un centro turístico que se promocionaba como ético durante una actividad donde los visitantes podían bañar a los elefantes.

Además del evidente peligro físico, el contacto estrecho con animales salvajes también supone un riesgo sanitario. Existen enfermedades zoonóticas que se transmiten entre humanos y animales. El turismo irresponsable puede convertirse en una vía de contagio de estas zoonosis que, según la Organización Mundial de la Salud, suponen el 60% de las enfermedades infecciosas en humanos.

Infografía del Programa para el medio ambiente de la ONU

Y no solo para nosotros. Los grandes simios, por ejemplo, cuyo avistamiento ha ganado popularidad en los últimos años, son susceptibles de contraer enfermedades humanas, como las  infecciones respiratorias, debido a nuestra estrecha relación genética, convirtiéndose así en una de las principales amenazas para su conservación. La proximidad de los humanos en las salidas para avistarlos, que no suelen respetar las distancias, ha aumentado este daño.

El turismo de conservación

Ahora bien, existen alternativas responsables, como el turismo de conservación. Este tipo de turismo se planifica y realiza cumpliendo unas directrices establecidas para priorizar el bienestar animal. También ayuda a proteger a los animales en peligro de extinción y sus hábitats, así como apoyar a las comunidades locales, al destinar una parte significativa de sus ingresos para ello.

En sus actividades no permiten el contacto estrecho con los animales, respetando la distancia de seguridad, ni hacerse selfis con ellos. Los guías no fuerzan los encuentros, por lo que la observación no siempre es posible ni está garantizada.

Igualmente, los verdaderos santuarios no exhiben a sus animales con fines comerciales y tampoco permiten la interacción ni acercamiento a los mismos. Los ingresos de las visitas se destinan para la recuperación de los individuos y, si es posible, su reintroducción en la naturaleza.

¿Cómo disfrutar de los animales sin dañarlos?

Distinguir entre un santuario real y una atracción disfrazada no siempre es fácil. Es clave informarse bien, leer reseñas, y verificar si siguen guías de buenas prácticas, como la recientemente actualizada Best Practice Guideline for Great Apes Tourism de la UICN, en el caso del avistamiento de grandes simios en la naturaleza.

Del mismo modo, también es importante pensar antes de subir contenido en redes sociales. ¿Estoy normalizando una práctica peligrosa o respetuosa? Las imágenes mostrando a animales salvajes interaccionando con personas no expertas fomentan el turismo dañino, lo que implica estar a una corta distancia del individuo poniendo en riesgo a ambas especiesTambién incrementan la demanda de crías como reclamo turístico, lo que promueve el tráfico ilegal de animales salvajes, uno de los mayores negocios lucrativos y la segunda causa principal de extinción de especies.

Vehículos de safaris en Masai Mara rodeando a un guepardo mientras come a su presa

Los animales salvajes no están al servicio del entretenimiento humano ni son accesorios para sumar likes en nuestras redes sociales. Si realmente quieres y te importan los animales… la mejor manera de protegerlos es observándolos a distancia. Chimpancés como Kabi, Viena, Perrine, Zezé y tantos otros… te lo agradecerán.

Grupo de infantes huérfanos de nuestro Centro de Tchimpounga,
rescatados del tráfico ilegal (© IJG / Fernando Turmo)


12/11/2019 - Caso de Éxito

Programa RUTAS, caso de éxito en el Informe Mundial de las Mujeres en el Turismo de Naciones unidas.

El pasado mes de marzo de 2019, con la ocasión del Día Internacional de la Mujer, se publicaron las conclusiones preliminares de la segunda edición del Informe Mundial de las Mujeres en el Turismo de la Organización Mundial de Turismo (OMT) de Naciones Unidas.

 

En este informe que ha comprendido una intensa investigación colaborativa en el marco de los estudios en turismo y género, se ha destacado como caso de éxito el programa RUTAS de CODESPA. Un proyecto en el área de turismo rural comunitario en el que la fundación tiene mucha experiencia.

 

Aquí se puede consultar todo el Informe. El caso de éxito de CODESPA aparece en la página 142.

 

Los resultados de este informe indican qué tanto en el sector privado como en el público, las mujeres están aprovechando el potencial del turismo para ser económicamente independientes y poder combatir los estereotipos para iniciar sus propios negocios:

 

  • El personal del sector en todo el mundo está formado en su mayoría por mujeres
  • El turismo ofrece a las mujeres más oportunidades para emprender que la economía en su conjunto
  • Las políticas de turismo cada vez prestan más atención a la igualdad de género

 

Trabajo desde las delegaciones

El programa RUTAS se gestiona y trabaja desde las delegaciones de Bolivia y Ecuador. Esperamos que esta publicación a nivel internacional contribuya a seguir posicionando nuestro trabajo en esta área, y seguir potenciando el rol de la mujer indígena en el sector turismo.

 

Gracias a todo el apoyo de los amigos de CODESPA, empresas, voluntarios y socios.

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12/12/2018 - Bibliotecas contra la exclusión

Bibliotecas contra la exclusión social en Tetuán

La biblioteca de Muhammad Lucach, situada en un barrio industrial de Tetuán, acoge esta mañana a una cincuentena de escolares para realizar un taller de animación. Por la tarde, toca sesión del club de lectura con un grupo de jóvenes. En otra parte de la ciudad marroquí, en el centro social de Albugaz, sesenta mujeres de todas las edades se reúnen convocadas por una asociación feminista para hablar sobre la violencia de género.

Estos ejemplos forman parte de un proyecto pionero en la ciudad de Tetuán que quiere convertir las bibliotecas y otros equipamientos de proximidad en centros socioculturales de referencia, especialmente para los jóvenes y las mujeres, y servir, así como herramientas para luchar contra la desigualdad y la exclusión social. La iniciativa se ha inspirado en el modelo de gestión de bibliotecas y centros cívicos de Barcelona, y espera poder exportarse a otras ciudades de Marruecos.

Tarik, estudiante de primaria, participa en el concurrido taller de creación de dibujos animados de la biblioteca Muhammad Lucach, que imparten un profesor de Bellas Artes acompañado de algunos estudiantes. Antes de la inauguración del centro, él y sus compañeros tenían pocas más opciones de ocio que jugar en la calle. El equipamiento está situado en el distrito de Coelma, un barrio periurbano al sur de Tetuán, constituido en su mayor parte por viviendas ilegales y caracterizado por una alta densidad de población y también por la falta de servicios públicos básicos.

Mohamed Fuad, director de la Asociación Tetuaní de Iniciativas Sociolaborales (ATIL), una ONG que trabaja desde 1993 en esta ciudad marroquí, traza una radiografía desalentadora de este barrio, que es la realidad que viven los jóvenes de muchas otras ciudades del país: altas tasas de paro y de abandono escolar, inseguridad, delincuencia juvenil, tráfico de drogas y antecedentes de radicalismo. “Muchos jóvenes no están en riesgo, sino que se encuentran ya en situación de exclusión social”.

Coelma es una de las zonas donde se ha implementado el proyecto de cooperación internacional que busca “promover la gobernanza democrática local través de la mejora de la gestión de los servicios públicos”. Se trata de una iniciativa impulsada conjuntamente por Fundación CODESPA en España y la ONG ATIL en Marruecos, y apoyado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Comuna de Tetuán. Marta Borrat, técnica de proyectos de Fundación CODESPA, explica que el proyecto surgió en 2014 con el fin de armonizar las necesidades, voluntades y oportunidades de dos partes: por un lado, el ayuntamiento de la Tetuán, que quería impulsar el desarrollo de las zonas más desfavorecidas y marginales, y entendía que los equipamientos de proximidad podían ser una buena herramienta para ello. Sin embargo, el ayuntamiento no estaba preparados para gestionar y dotar de contenido a esos centros. Por otro lado, las organizaciones de la sociedad civil, que querían y tenían capacidad para ofrecer esos servicios, pero a quienes les faltaban espacios y recursos para llevarlos adelante.

De esta manera, se decidió poner en marcha un proyecto piloto en tres equipamientos de la ciudad (una biblioteca, un centro social y un polideportivo) situados en barrios desfavorecidos como el de Coelma. Khalid Charif, jefe de equipamientos de proximidad del ayuntamiento de Tetuán, explica que el primer paso fue consultar e implicar a los vecinos y vecinas y entidades de los barrios: “Fuimos a cada uno de los equipamientos y les preguntamos a los directores de escuelas, a las asociaciones del barrio, a los responsables de centros de salud, centros de juventud, organizaciones de la sociedad civil, para preguntares cuáles eran las necesidades de la población, en el ámbito sociocultural. Apuntamos ideas y eso se tradujo en un plan de trabajo”.

Con todo lo recogido, a principios de 2017 se inició la programación de actividades en esos centros, organizadas en colaboración con una veintena de actores de organizaciones de la sociedad civil y de la administración pública. Tras un curso de funcionamiento (con casi 40 actividades entre enero y junio de ese año), se analizaron los resultados, se tomó nota de los puntos fuertes y débiles, y a comienzos de 2018 la experiencia se extendió a ocho centros de proximidad —seis bibliotecas, un polideportivo y un centro social—, abarcando casi todos los distritos de Tetuán. Hoy quienes acuden a estos espacios se encuentran con actividades tan diversas como clubs de lectura, de cine y de teatro, talleres de audiovisuales y creación de cuentos, torneos de ajedrez, charlas sobre acoso escolar, derechos de la infancia, la mujer y el mundo laboral, un espacio para mujeres maltratadas, etc.

La juventud marroquí, entre la problemática y la oportunidad

En Marruecos, un 53% de la población tiene menos de 24 años, una cifra que en España sería una buena noticia pero que en el país norteafricano representa ante todo un desafío. Más de 1,2 millones de personas entre 15 y 24 años no están trabajando, ni estudiando ni formándose; el curso pasado, casi 300.000 abandonaron el sistema educativo. Por ello, muchos de ellos sueñan con dejar Europa, de la que solo le separan 14 kilómetros, pero en los que se concentra la mayor desigualdad del mundo: la diferencia del nivel de renta es de hasta 15 veces entre un extremo y otro (en la frontera entre Estados Unidos y México, por ejemplo, esta diferencia se multiplica solo por 6).

Por ese motivo, como explica el director de ATIL, el principal destinatario de este proyecto son los y las jóvenes. “Esta prestación de servicios socioculturales y deportivos ha de ser una herramienta que facilite su socialización y evite su exclusión. Si los jóvenes han de ir a una educación pública masificada y degradada, no tienen acceso a servicios de salud pública de calidad, no tienen acceso a la cultura, al deporte, esto crea un caldo de cultivo que conduce a altas tasas de abandono escolar, emigración clandestina y jóvenes radicalizados. Por eso las actividades destinadas a la juventud, como las deportivas, de música, los clubs de lectura, de teatro, audiovisuales, han tenido un éxito tremendo”.

Actividades con las escuelas y servicios sociales

Khalid Charif, de la comuna de Tetuán, destaca las actividades dirigidas a alumnos de primaria. Desde enero hasta julio de 2018 se realizaron casi 315 actividades en 6 bibliotecas de proximidad, en las que participaron más de 4.000 niños y niñas: desde talleres de creación de cuentos, de lectura, dibujo o juegos de mesa hasta preparación de exámenes… Son iniciativas que también tienen mucho éxito, “pero más importante que el número de participantes es que estas actividades se han establecido como un programa fijo en el calendario semanal de la biblioteca”.

Pero el público de las bibliotecas es también todo el barrio. El director de ATIL destaca otras actividades que quizá no son “tan visibles como las dirigidas a niños y jóvenes” pero que son “muy valiosas”. Así, con regularidad se organizan charlas a cargo de los servicios sociales de la administración de una amplia diversidad de temas: sobre campañas de vacunación de bebés, las drogas en la escuela, el acoso sexual a través de internet, la mujer y el mundo laboral, la violencia de género, o el derecho a presentar peticiones a la autoridad. “A muchas familias con escasa formación, les cuesta salir de sus barrios, y no van a trasladarse a otra punta de la ciudad para informarse. Por eso, tener organizado un circuito para hacer llegar a la población esa información a su propio barrio, de forma regular, es importantísimo”.

Con todas estas iniciativas, el objetivo es que las bibliotecas dejen de ser meros espacios para ir a estudiar o consultar un libro y se conviertan en herramientas que contribuyan a fomentar la lectura y la educación, a democratizar el ocio y la cultura, y también a la promoción de valores ligados a la tolerancia y el respeto, a la cohesión social y la construcción de ciudadanía.

La comuna de Tetuán mira a Barcelona

Para este proyecto, el Ayuntamiento de Barcelona y su modelo de gestión de los equipamientos han sido una referencia metodológica: “Salvando las distancias, las diferencias de recursos y las culturales —explica Fuad— toda esa cultura barcelonesa de casales de barrio, donde se reúnen las asociaciones, discuten temas y elaboran propuestas, nos ha servido de inspiración”. Y es que un aspecto esencial ha sido la participación de todos los diferentes actores implicados: desde la comuna de Tetuán y los servicios públicos, a las asociaciones de barrio, las organizaciones de la sociedad civil y los mismos vecinos.

También Khalid destaca el valor de esta metodología participativa: “Para elaborar una única actividad pueden llegar a participar 4 o 5 actores diferentes, y esto es muy importante porque aumenta el impacto de la acción y ofrece una mayor calidad. Por primera vez en Marruecos, diferentes actores de la ciudad han tenido que coordinarse para trabajar juntos”.

Y para conocer el modelo de gestión de Barcelona, se han realizado intercambios de experiencias entre los ayuntamientos de un lado y otro del Mediterráneo. Cristina Corredoira González, Técnica de la dirección de justicia global y cooperación internacional del Ayuntamiento de Barcelona —que viajó a Tetuán, y recibió a sus homólogos de la ciudad marroquí en Barcelona— recalca que con este proyecto no ha tratado de “exportar” el modelo de Barcelona a Marruecos, sino de “compartir la experiencia de creación, planificación y gestión de un servicio, los éxitos y los fracasos de una determinada política pública municipal. Nuestro objetivo es que las ciudades desarrollen su propio modelo y que sea el que mejor convenga a ese contexto determinado”.

Ejemplo para otras ciudades de Marruecos

El proyecto de cooperación ha puesto de manifiesto unos cuantos retos. Khalid Charif señala la necesidad de un mayor compromiso por parte del Estado: “Aunque el político ponga su firma, a veces me he encontrado yo solo y mis funcionarios. Nos faltan muchos recursos”.

Y el director de ATIL recalca la necesidad de invertir en políticas públicas sociales, aunque las decisiones no dependen solo del Estado: “En un país donde la mayoría de la población es joven, hay que invertir en educación, formación, servicios de ocio, acompañamiento. Los jóvenes no están en fase de dar sino de recibir, por lo que no puedes vivir sin déficit. Pero si las organizaciones que te financian, los organismos internacionales te exigen reducir el déficit, el sistema no funciona”. Y añade que “solo cuando la exclusión que sufren los jóvenes se ha convertido en un problema de seguridad en Europa, ha sido cuando la sociedad internacional (el FMI, el Banco Mundial) han cambiado sus recetas de recortes y han permitido que países como Marruecos incrementen las políticas sociales”.

Marta Borrat, de Fundación CODESPA, explica que lo importante, más que el número de actividades realizadas, es que “se han sentado unas bases para una colaboración entre el ayuntamiento y sociedad civil”, de forma que los centros pueden continuar con sus programaciones una vez finalice el proyecto, previsto para finales de este año.

La experiencia de Tetuán además podría extenderse a otras ciudades de Marruecos con problemáticas similares. De momento, Khalid Charif ha viajado a Tánger, en concreto al Beni Makade, uno de los grandes barrios periurbanos nacidos del éxodo rural, un paisaje de casas abigarradas, calles sin asfaltar y sin servicios básicos en el que malviven alejadas de los planes de transformación cerca de 400.000 personas, para hablar de cómo los equipamientos de proximidad pueden dar una oportunidad a los barrios más marginales.

Bibliotecas contra la exclusión socialTexto: Elena Calzada

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