A pesar de que Daniel está feliz porque ha conseguido hacer realidad uno de sus sueños, parece que algo está enturbiando su gran momento profesional y personal.

Y es que la pareja tuvo que demostrar y luchar por su amor, donde no se aceptaba que el novio de Victoria no fuera de linaje real. Ocho fueron los años que le costó ser aceptado por el rey Gustavo.

A día de hoy, la popularidad del marido de la heredera está en lo más alto y se ha ganado el favor popular, no solo de sus suegros sino del pueblo sueco. De hecho se creó en su honor el Campo Okelbo, un campus veraniego para niños, en el que se practican distintos deportes.

Sus entrevistas cada vez son más seguidas por los suecos, ya que tiene muy claro su papel: “Quiero hacer cosas importantes. A lo largo de los años he acumulado una buena red con empresarios y líderes de la que ha salido nuestro comité de expertos. Ahora, trato de poner en práctica lo aprendido en beneficio de la comunidad. En mi papel como príncipe, no hay informes trimestrales. Estoy haciendo esto porque creo en ello. Es bueno para Suecia. Puede sonar un poco pretencioso decirlo, pero es lo que hacemos”.

El marido de la princesa de Suecia -que estudia también Fisiología-, supo entender que sus obligaciones conllevaban dejar los negocios y a día de hoy se dedica a crear un programas de becas, en colaboración con la Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería, para emprendedores. El que fuera entrenador personal de Victoria, visita colegios y universidades, con su equipo, contando sus experiencias.

Era la revista Svensk Damtidning la que hacía saltar todas las alarmas en julio, cuando la pareja celebró el cumpleaños de Victoria.

Era la imagen cansada de Daniel la que le hacía plantearse a la publicación el buen estado de salud del marido de Victoria de Suecia. Además esta publicación planteaba la siguiente cuestión:”¿Es el miedo a que puedan fallar sus riñones una nube oscura sobre la pareja?”

Esta no es la primera publicación que habla del supuesto mal estado de salud ya que la revista alemana Bunte, se atrevía a titular así: “Amor altruista a su marido enfermo”, recordando el transplante al que fue sometido en 2009 el que es miembro de honor de la Fundación Sueca de Corazón y Pulmón.

A raíz de todos estos comentarios, la publicación suiza Bluewin recogía la opinión del nefrólogo muniqués Martin Pachmann: “La insuficiencia renal conduce a trastornos de la regulación del agua en el cuerpo. Esto puede resultar en cambios en la cara hinchada y la piel reseca. Sin embargo, a tenor de las fotos, no puedo juzgar si se trata de un efecto secundario de la medicación o un signo de una función decreciente del riñón trasplantado”.

Quizás tan sólo sea que la pareja esta preocupada por si estos problemas de salud puedan afectar a la hora de darle un hermano a su hija, la princesa Estelle, y es que según publican los medios suecos, el fallo renal de Daniel -cumplirá 41 el próximo 15 de septiembre- podría afectar a la producción de espermatozoides fértiles, lo que estaría en juego el que pudieran tener otro hijo (algo que, de ser así, la Casa Real habrá previsto y habrá procedido a una congelación de semen).