No hay cura para la Artritis Reumatoide, que causa dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones, lo que afecta gravemente la calidad de vida, pero según una investigación reciente, existen “superalimentos” para ayudar a combatir la enfermedad, como el jengibre, los arándanos, el aceite de oliva y el té verde
Los científicos han hecho una lista definitiva de alimentos comprobados para combatir los síntomas de la condición paralizante. Sugieren que los pacientes deben incorporar esos alimentos en su dieta para ayudar a frenar la enfermedad autoinmune progresiva y debilitante.
Otros alimentos también en la lista, considerados con un efecto antiinflamatorio, van desde frutas como ciruelas secas, pomelos y granadas, hasta cereales integrales, la especia cúrcuma, así como aceites específicos como el aceite de pescado.
Los expertos, siguiendo los resultados de su investigación científica, también recomiendan cambiar de una dieta de carne a una basada en vegetales. Dijeron que tales alimentos reducen la rigidez y el dolor de las articulaciones al reducir los químicos inflamatorios liberados por el sistema inmune llamados citoquinas. Estos alimentos también reducen el estrés oxidativo: la capacidad del cuerpo para contrarrestar o desintoxicar sustancias químicas nocivas.
El autor del estudio, Dr. Bhawna Gupta, de la Universidad KIIT en India, dijo: “El consumo regular de fibras dietéticas, vegetales, frutas y especias específicas, así como la eliminación de componentes que causan inflamación y daño, pueden ayudar a los pacientes a controlar los efectos de la artritis reumatoide. La incorporación de probióticos en la dieta también puede reducir la progresión y los síntomas de esta enfermedad. Los pacientes que sufren de artritis reumatoide deben cambiar de dietas omnívoras a dietas mediterráneas, veganas, elementales o de eliminación, según lo aconseje su médico o nutricionista, dejar de fumar y de beber alcohol.”
Alimentos antiinflamatorios para ayudar a la Artritis:
FRUTAS: Ciruelas, pomelos, uvas, arándanos, granadas, mango, plátanos, melocotones y manzanas secas.
GRANOS Y CEREALES ENTEROS: Trigo, arroz, avena, maíz, centeno, cebada, mijo, sorgo y alpiste.
ACEITES: Aceite de oliva, aceite de pescado, aceite de semilla de borraja (cápsulas).
LÁCTEOS: Yogur.
LEGUMBRES: haba negra de soja, frijol negro.
HIERBAS: Boswellia serrata, Bufera.
ESPECIAS: Jengibre, cúrcuma
TÉ: Té verde y té de albahaca (tulsi).
Un tratamiento temprano.
Los expertos dicen que es difícil detectar la aparición temprana de la enfermedad y, si no se detecta o se diagnostica erróneamente, tiene una tasa de progresión rápida en los primeros años. La primera línea de tratamiento incluye medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, pero pueden ser costosos. Por eso la alimentación puede ayudar desde que se detectan los primeros síntomas.
Sobre eso el Dr. Gupta dijo: “Apoyar el control de enfermedades a través de los alimentos y la dieta no presenta ningún efecto secundario dañino y es relativamente barato y fácil. Los médicos y dietistas, al conocer los requisitos nutricionales y medicinales de sus pacientes, podrán adaptar esta información para mejorar su salud”.
Efecto probado a largo plazo.
El equipo de investigación dijo que su nuevo estudio proporciona una evaluación exhaustiva sobre alimentos específicos que muestran claramente efectos a largo plazo comprobados . Esperan que el estudio, publicado en la revista Frontiers in Nutrition, también se pueda utilizar como referencia para el desarrollo de nuevos medicamentos.
El Dr. Gupta dijo: “Nuestra revisión se centró en componentes dietéticos específicos y fitoquímicos de alimentos que tienen un efecto beneficioso demostrado en la artritis reumatoide. Las compañías farmacéuticas pueden usar esta información para formular “nutracéuticos “. Los nutracéuticos tienen una ventaja sobre los medicamentos, ya que no están asociados con ningún efecto secundario, provienen de fuentes naturales y son más baratos”.
El Dr. Gupta agregó: “Revisamos la investigación de varios experimentos de laboratorio bajo diferentes condiciones. Los componentes de la dieta varían de acuerdo con la geografía y las condiciones climáticas, por lo que los pacientes deben conocer sus requerimientos nutricionales, alergias y cualquier otro historial de enfermedades relacionadas con los alimentos.
Sugerimos encarecidamente al público en general que consulte a médicos y nutricionistas antes de seguir cualquier programa de dieta o compuestos alimenticios discutidos en el estudio”.
Fuente: New Zeland Herald.