Las personas con enfermedades crónicas no transmisibles se hallan en mayor riesgo de complicaciones graves si sufren infección por COVID-19, por ello el Ministerio de Salud integra la enfermedad renal crónica (ERC) en este grupo. Juan Carlos García, presidente desde hace años de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (Alcer) de Toledo, confirma la «preocupación» de las personas que saben «que cuenta con un nivel de defensas más bajas».
En este sentido, y sabedor de que en esta situación lo principal es «garantizar que nuestros usuarios dispongan de las materiales de prevención necesarios», Alcer ha elegido la vía más eficaz para evitar los contagios y ha comprado «unas 800 mascarillas» que han enviado a sus socios y a sus familias. Una adquisición que ha sido «complicada y a precios desorbitados», pero que garantiza la protección en «tiempos de carencia» de material.
No en vano, las personas con esta patología están, con frecuencia, en situación de inmunosupresión, poseen una edad avanzada y enfermedades asociadas, características que influyen en el riesgo de complicaciones. A ellas se suma la necesidad, entre las personas que precisan de hemodiálisis, de desplazarse regularmente a un espacio hospitalario. Esto es, «de permanecer horas, un día sí y otro no, en la ‘zona cero’ de los contagios», espacios en los que se debe asistir a estos pacientes con la atención y la seguridad precisa en el entorno específico.
De hecho, Juan Carlos García apreció la importancia de «cumplir con los protocolos de prevención en los hospitales» en los que, aseguró, «se separan a los pacientes contagiados de coronavirus de los negativos» ya que aunque no «tenemos cifras de los enfermos renales contagiados, sí conocemos algunos casos» tanto en Toledo como en Alcázar y Talavera.
El presidente de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón de Toledo apuntó, en este sentido, que el sistema de salud regional ha realizado «una selección de pacientes acertada» sobre los procedimientos a seguir dependiendo de los tratamientos y las afecciones.
Sobre ello, las personas que deben asistir a hemodiálisis «tienen que desplazarse» y continuar con la dinámica ‘habitual’, mientras que las personas transplantadas «deben evitar acudir a los centros de salud y hospitales», ya que «se han establecido consultas telefónicas» con los especialistas del servicio de Nefrología ante cualquier duda o problema que, si es necesario, será presencial. Además, desde Alcer se continúa resolviendo las preguntas emitidas por las usuarios en tiempos de confinamiento.
S. Española de Nefrología. Tras cumplirse un mes de la puesta en marcha del Registro COVID-19 de la Sociedad Española de Nefrología, el organismo indica que hasta el 18 de abril se habían introducido los datos de 1.063 pacientes en tratamiento renal sustitutivo (TRS) contagiados por el coronavirus SARS-CoV-2. Los casos proceden de 122 centros sanitarios, repartidos por todo el país. Todas las Comunidades autónomas han reportado casos, siendo la de Madrid la que aporta un mayor número (34%), seguido de Cataluña (21%), Castilla-La Mancha (10%) y Andalucía (8%). Sin embargo, calculando el número de casos por millón de población, la clasificación está encabezada por Madrid y Castilla-La Mancha (ambos con 53,6 casos pmp), seguido de Navarra (42.8) y Cataluña (29.2).
La modalidad más representada entre los pacientes con infección por SARS-CoV-2 es la Hemodiálisis en centro (64%), seguida de los pacientes trasplantados (33%) y con mucha menor frecuencia, los que están en Diálisis peritoneal (3%); se han comunicado tres casos en Hemodiálisis domiciliaria.
El 28% de los pacientes infectados habían tenido contacto previo conocido con algún otro infectado. Este porcentaje subía hasta el 30% en el caso de los pacientes en Hemodiálisis en centro, siendo el 25% en el caso de pacientes trasplantados y el 24% en Diálisis peritoneal.
El presidente de la Asociación apunta la «preocupación» de quienes «saben que son personas de alto riesgo» ante la Covid-19.
Fuente: La tribuna de Toledo