Los seres humanos estamos impregnados con el concepto del tiempo, lo del famoso vivir en el presente en un tiempo sin tiempo, se nos hace una entelequia sólo apta para libros de gurús y de autoayuda con infusiones. Al finalizar cada año, necesitamos hacer un recopilatorio de los mejores, y peores, momentos del año presente. Y por supuesto una huida hacia adelante en el año futuro como fuente de futuras alegrías y soluciones.
Si me dieran un euro por cada vez que he leído o escuchado en mi vida sobre un futuro más brillante, una nueva edad de oro dónde se erradicaría el mal y las hamburguesas del MacDonald´s por fin sabrían a hamburguesas, desde luego me haría rico. Lo más curioso es que esa época dorada siempre está a la vuelta de la esquina, el mesías a punto de llegar como esperan los judíos desde hace dos mil años, y apenas queda nada para que lleguemos a los 120 años de vida para seguir esperando más tiempo un futuro inalcanzable.
En muchas cosas lo que no hagas ahora no lo harás nunca, la eterna postergación del momento presente en un futuro más adecuado es sólo una excusa para seguir postergando lo impostergable en tu vida. Nunca existe un mejor momento para vivir que el elusivo momento presente, el único lugar donde estás vivo y desde donde puedes vivir. El mismo momento presente es también inexistente, pero para ir poco a poco, por ahora aceptamos su existencia. Las piedras que llevas masticando décadas en la boca no se volverán más blandas por el paso del tiempo, o aprietas más fuerte de una vez a ver qué pasa, o por fin te das cuenta que no tienes que mantenerlas en la boca y seguir rumiando un bocado que ha perdido ya su sabor y su sentido.
No me hagas caso si sueno un poco duro de más, en el momento presente tengo ganas de ir al baño y como estoy en una biblioteca me da bastante pereza levantarme y eso puede que influya. O puede que esté esperando que el 2023 sea más amable conmigo como los otros 49 años anteriores y nunca acaba de cumplirse mi deseo. Es coña, ¿eh?, hasta ahora cada año que cumplo es más divertido, interesante, intrigante y apasionante que el anterior. Puede ser porque siempre estaba esperando ilusionado que sentiría cuando me hiciera mayor y como llevo ya 50 años esperando, haya desistido, y sólo me interese de verdad lo que hago en cada momento.
Los recopilatorios con las mejores caídas del año, los mejores goles, los mejores posados de Victoria´s Secret, están muy bien no lo dudes. Sólo permítete verlos como un juego simplón en el que estás participando, un juego dónde no importan demasiado las estrategias, sino únicamente lo que te salga en el dado a cada momento. Si te lo tomas demasiado en serio, deja de ser un juego, dejas de ser un jugador, y eres jugado por otros mientras esperas que te salgan mejores dados en el futuro, en un juego en el que los dados los tiran otros.
Cándido Granada Álvarez
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