El presidente director general de los hoteles americanos Marriott quiere ayudar a las empleadas que trabajan para su cadena. Pero, en vez de aumentar su salario, ha lanzado una campaña para incitar a los clientes para que les den propinas. Esta iniciativa se llama «Deje una propina, por favor» (L´enveloppe s’ il vous plait), que ha sido creada conjuntamente con María Shiver, la ex mujer de Arnold Schwarzenegger. «Muchos clientes no saben que es necesario dejar una propina, por ello hay que hacer un esfuerzo de explicación», dice Shiver. Durante esta semana colocaremos 160.000 sobres en las habitaciones de Marriott en los Estados Unidos. […] El salario de las mujeres en Marriott es variable. Una pequeña minoría de ellas está sindicada (en Washintong) y gana 14 euros por hora; la media ronda los 7 euros por hora. La presidenta directora general gana 5,5 millones de euros al año… (1)
Primera consideración: ¿qué se apuestan ustedes a que, en menos que canta un gallo, esta martingala se extiende –si es que ya no lo está-- en España. Segunda: ¿exactamente que relación existe entre ello y la enorme endeblez de la afiliación sindical en ese sector y en la cadena Marriott. Tercera: nos invita a reflexionar sobre endosamientos. Esto es, hacer recaer en otros lo que me corresponde.
Nos hemos acostumbrado a que IKEA nos venda una serie de productos por piezas que, después, debemos montar nosotros. La multinacional nos endosa a nosotros un trabajo que, ni siquiera, su precio es descontado. Nos hemos acostumbrado, además, a que cada cual se ponga la gasolina en el coche en las estaciones de servicio. La empresa nos endosa a nosotros ese trabajo que tampoco se ve recompensado ni siquiera con una pinta de gasolina de más. Tres cuartos de lo mismo ocurre con los endosamientos que se están generando en cuestiones relativas al Estado de bienestar que se dejan al albur de la caridad y de la beneficencia; esto es, los servicios públicos endosan a la ciudadanía una serie de responsabilidades que le corresponde al welfare. Así las cosas, como cunda la martingala de Marriot puede que llegue el día que desde los diversos ministerios pongan en marcha una campaña similar: «Dé una propina al maestro, por favor», «échele algo al médico, por favor». Y ello sin que desgrave. Si seguimos así el sistema puede acabar siendo un Patio de Monipodio.
(1) Javier Aristu me ha proporcionado esta noticia con su correspondiente link:
Au lieu d'augmenter les salaires des femmes de chambre, les hôtels Marriott demandent aux clients de laisser des pourboires
// Slate.fr - MONDE
Au lieu d'augmenter les salaires des femmes de chambre, les hôtels Marriott demandent aux clients de laisser des pourboires
// Slate.fr - MONDE