Íñigo Chivite Araiz. Voluntario en Hospital San Juan de Dios de Amrahia, Accra, Ghana y trabajador del Parc Sanitari de Sant Boi
«He aprendido que la fortaleza de un pueblo no se mide solo por su capacidad de crecimiento y desarrollo, sino por su habilidad de hacerlo regenerando su identidad desde las raíces y conservando su esencia en cada paso.»
Durante mi participación en el Saint John of God Hospital Amrahia, en Accra, Ghana, tuve la oportunidad de colaborar durante 5 semanas en el laboratorio de análisis clínicos. La principal labor del centro es brindar servicios sanitarios a la comunidad, y mi rol consistió en apoyar en distintas actividades del laboratorio.
Entre mis principales tareas, estuve involucrado en el registro de pacientes, el procesamiento de muestras analíticas y la distribución de los resultados. Mi rol era ser uno más del equipo, siempre disponible para apoyar en lo que se necesitara, desde la gestión de los pacientes y datos hasta el análisis de muestras.
Una de las iniciativas más destacadas fue mi contribución al análisis de registros pasados del hospital. Después de conocer el funcionamiento general del laboratorio, identiqué la posibilidad de colaborar mediante la revisión de los registros anuales. Mi análisis incluyó datos como el número de pacientes atendidos por día, los tipos de análisis realizados y las muestras extraídas. Con esta información, creé una serie de gráficas que podrían ser de ayuda en la gestión del personal del laboratorio y sus recursos, anticipando la afluencia de pacientes en función de la época del año o incluso del día de la semana, especialmente durante los picos estacionales de malaria.
Desde el primer momento, la acogida por parte de los hermanos del centro fue excepcional. Me hicieron sentir como uno más, integrándome en su rutina y siendo muy atentos conmigo. La relación con los profesionales del hospital también fue muy positiva; se mostraron abiertos a explicarme sus funciones, haciéndome partícipe de su día a día y compartiendo sus investigaciones conmigo.

Uno de los aprendizajes más signicativos que me llevo de esta experiencia es la resiliencia cultural del pueblo ghanés. Pude ver cómo están trabajando activamente en la regeneración de su identidad, reforzando sus raíces culturales desde la educación de los más pequeños, y recuperando lo que les fue arrebatado en el pasado. A pesar de la fuerte influencia de la cultura occidental, han logrado adaptarla a su propia naturaleza, manteniendo su esencia.
Mi consejo para aquellos que estén considerando realizar un voluntariado internacional es que no lo duden y se lancen. Si ya lo están considerando, es porque sienten esa inquietud interna que solo podrán satisfacer viviendo la experiencia. No deben temer lo desconocido, porque el impulso y la curiosidad serán mucho más fuertes que cualquier aversión inicial.
En cuanto a orientaciones prácticas, les recomendaría que intenten familiarizarse con el espacio en el que estarán, tanto en términos de alojamiento como de los servicios disponibles.
También es importante conocer los procedimientos para obtener el visado con anticipación.

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