Zezé tenía tan solo cuatro años cuando los cazadores furtivos mataron a su madre delante de él. En un desesperado intento por protegerla, también acabó perdiendo su ojo derecho de un machetazo. Parecía que su destino no iba a ser otro que convertirse en mascota ilegal…
Afortunadamente, gracias a la rápida intervención de las autoridades y el apoyo del Instituto Jane Goodall (IJG), el pequeño Zezé fue rescatado y hoy se está recuperando en el Centro Rehabilitación de Tchimpounga, en Congo, junto a otros chimpancés que han vivido situaciones similares.
Su historia nos recuerda por qué debemos actuar.
Hoy 14 de julio, se celebra el Día Mundial del Chimpancé, para sensibilizar sobre las amenazas a las que se enfrenta esta especie, con la que compartimos más del 98,7% de nuestro ADN. Y la Dra. Jane Goodall nos recuerda lo urgente que es protegerlos: «Necesitamos ayuda para seguir protegiendo a los chimpancés salvajes, así como a sus hábitats. No solo por los chimpancés, sino por nosotros también”.
Cada año, cerca de 2.000 chimpancés son víctimas del comercio ilegal de animales salvajes, según los datos del último informe de Stolen Apes. Otras amenazas son la destrucción y degradación de su hábitat, las enfermedades y el cambio climático.
Este año, además, la fecha conmemora los 65 años de la pionera investigación de la Dra. Jane Goodall sobre los chimpancés salvajes de Gombe, en Tanzania. Sus descubrimientos sobre los chimpancés, que incluyen la fabricación y uso de herramientas, las elaboradas relaciones y jerarquías sociales, la empatía y la violencia, la caza de otros animales y la territorialidad entre comunidades, entre otras cosas, revolucionaron la ciencia y forman parte del que hoy es el estudio de campo sobre animales salvajes más largo, que continúa aportando interesantes hallazgos.
Nuestro compromiso
Desde el Instituto Jane Goodall España (IJGE) trabajamos para proteger a los chimpancés y su entorno.
En Congo, donde el tráfico ilegal y la caza furtiva son las principales amenazas para estos grandes simios, apoyamos la labor del Centro de Rehabilitación de Tchimpounga del IJG, que desarrolla campañas de sensibilización, capacitaciones a las autoridades locales y se encarga de rehabilitar y cuidar de los más de 160 individuos huérfanos que han sido rescatados, en su mayoría cuando todavía eran crías.

En Senegal, en la remota región de Kédougou al sureste del país, trabajamos junto con las comunidades locales protegiendo el hábitat de los últimos chimpancés occidentales (Pan troglodytes verus), una subespecie de la que quedan menos de 500 individuos en ese país y que está en peligro crítico, principalmente por la destrucción y degradación de su hábitat.
¡Súmate a la celebración!
Para dar a conocer más sobre los chimpancés y compartir sus historias con el objetivo de que cada vez más personas se unan a su protección, desde el IJGE hemos preparado un concurso muy especial. Te invitamos a poner a prueba tus conocimientos sobre los descubrimientos de la revolucionaria investigación de Jane Goodall en Gombe. Desde hoy, hasta el próximo domingo 20 de julio, puedes participar. Y respondiendo correctamente a todas las preguntas, entrarás en el sorteo de 3 ejemplares del libro “Jane Goodall. Una vida dedicada al estudio de los chimpancés salvajes de África”.
¡Responde a la llamada de acción de la Dra. Jane Goodall!
Hoy, y todos los días, tú también puedes ayudar a los chimpancés.
Cada gesto, por sencillo que sea, está marcando la diferencia en sus vidas.
¡Gracias por sumarte a la celebración y, sobre todo, a la protección de los chimpancés!
En el marco de su misión de conservación de los críticamente amenazados chimpancés de Senegal, el Instituto Jane Goodall España sigue avanzando con su investigación sobre la ecología y etología de los chimpancés de sabana de la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo, en el sureste del país.
Aparte del monitoreo de su hábitat y de las amenazas a su supervivencia, la recogida de evidencias indirectas en campo (como nidos y herramientas) y la instalación de cámaras trampa para registrar su comportamiento, en ocasiones el equipo de investigación también debe analizar los cuerpos de los chimpancés (y otras especies de primates) encontrados muertos y luego enterrarlos, por cuestiones sanitarias y para poder recuperar posteriormente su esqueleto y hacer estudios osteológicos.
En marzo del 2023 el equipo de investigación analizó y enterró el cuerpo de un chimpancé que había aparecido muerto en una zona cercana a un campo de mangos en el pueblo de Segou. Cuatro días antes unos chicos estuvieron lanzando piedras y persiguiendo con perros a un chimpancé macho que había entrado a ese campo de cultivo a comer frutos. Lamentablemente, debido al estado del cuerpo, no se pudo identificar la causa de la muerte, pero es muy probable que se tratara del mismo individuo hostigado dada la cercanía al punto donde ocurrieron los hechos. Esa fue la primera vez que supimos de un caso de hostigamiento a un chimpancé por parte de unas personas. Normalmente la coexistencia entre humanos y chimpancés es pacífica ya que, por un tabú cultural de los Peulh, la etnia mayoritaria en la región, se prohíbe matar a los chimpancés, y su presencia puntual en los campos de mangos es tolerada.

Después del tiempo necesario para que las partes blandas del cuerpo se descompusieran por completo, se procedió a excavar el esqueleto de este chimpancé. De forma muy cuidadosa y siguiendo un protocolo de higiene y seguridad, un equipo compuesto por 8 personas fue retirando la tierra para extraer y clasificar los huesos en bolsas para su transporte.
“Es muy importante mantener los huesos pequeños bien identificados desde el principio, para luego disponer de una colección osteológica ordenada y útil para futuras investigaciones”, comenta Jordi Galbany, codirector de investigación del IJGE y la persona que lideró la excavación.
Posteriormente, y una vez en la Estación Biológica del IJGE en Dindefelo, todos los huesos fueron lavados de forma sistemática, durante varios días, para retirar la suciedad, asegurar su conservación y encontrar fracturas o perforaciones que podrían ser compatibles con un ataque con piedras y perros. Los huesos limpios y secos se conservan dentro de bolsas de papel o plástico, que se guardan en contenedores estancos para un estudio más detallado en los próximos meses que pueda aportar más información sobre este caso.
Este esqueleto ahora forma parte de una colección osteológica más extensa compuesta por más de 30 especímenes, entre los que se encuentran individuos de varias especies de primates, como babuinos, monos patas o colobos.

El estudio de estos esqueletos puede aportar información muy valiosa sobre sus características, adaptaciones o patologías, que se podrá contrastar con la historia vital o los comportamientos registrados a lo largo de sus vidas. Además, estos esqueletos también serán útiles para investigaciones sobre adaptaciones morfológicas y evolución, que permitirán entender mejor la gran diversidad que presentan los chimpancés a lo ancho de África.
Aparte de todo el trabajo de investigación, desde entonces el IJGE ha hecho nuevas sensibilizaciones y controles con la población local, hasta el presente, para evitar que se repitan casos trágicos como este y fomentar la coexistencia armoniosa entre la gente y los chimpancés.

Los resultados del esfuerzo de sensibilización han sido especialmente visibles en el pueblo de Segou, donde el año anterior se registró el hostigamiento al chimpancé. Durante la época de fructificación de los mangos, los agricultores nos avisaron cuando había chimpancés en sus campos, los asistentes hicieron un seguimiento constante de los casos y sensibilizaron día a día a la población. Para agradecer esta colaboración con el IJGE y que no se haya producido ningún incidente, organizamos una sensibilización en Segou con más de 80 participantes y la presencia de autoridades locales y de dos agentes de la Dirección de Aguas y Bosques.
“Estas actividades permiten escuchar a la comunidad, identificar sus preocupaciones sobre la coexistencia con los chimpancés y seguir trabajando juntos para que esta sea sostenible a largo plazo” comenta Laia Dotras, codirectora de investigación del IJGE y responsable de las actividades de sensibilización.

El trabajo de investigación y conservación del IJGE en Senegal sigue avanzando en la protección de los chimpancés y de sus vulnerables hábitats. El apoyo de soci@s y donantes es clave para poder asegurar la supervivencia de esta subespecie críticamente amenazada de extinción y para mejorar la calidad de vida de las comunidades humanas de la región.
El equipo del Instituto Jane Goodall (IJG) ha vuelto a viajar para salvar la vida de un bebé chimpancé. Esta vez, hasta Imphondo, una pequeña localidad en el norte de la República del Congo, donde los agentes del Departamento de Aguas y Bosques lo esperaban con una asustada y frágil cría de chimpancé que apenas pesaba 4,8 kg.
La pequeña Patricia, como la llamaron, había sido rescatada en circunstancias desoladoras. Aunque no sabemos cómo fue capturada ni que le ocurrió a su madre, lo más probable es que fuera arrebatada de sus brazos, como es habitual en tantas otras crías huérfanas víctimas de la caza furtiva y el tráfico ilegal. Por suerte, las autoridades pudieron rescatarla.
Cuando Aymard Moutete, jefe enfermero veterinario del Centro de Rehabilitación de Tchimpounga, llegó a Imphondo, se encontró con una chimpancé tímida e insegura que buscaba consuelo y protección. Y eso era lo que iba a conseguir Patricia en Tchimpounga.

Un nuevo hogar
Durante unos días, Aymard se quedó con Patricia en el pueblo, asegurando que estuviera estable hasta conseguir los permisos necesarios para poder volar a Tchimpounga. Allí la esperaban dos personas fundamentales en su recuperación: Chantal y Godelin, experimentadas cuidadoras del IJG que actuaron de inmediato como madres sustitutas, proporcionando a la pequeña el cariño y el cuidado que necesitaba día y noche.
Chantal y Godelin no se separaron de Patricia, como tampoco lo habría hecho su madre de estar en la selva, y poco a poco, la bebé fue adaptándose al nuevo entorno y comenzó a superar sus inseguridades.

Una nueva familia
Pasado el período de cuarentena, era el momento de que Patricia afrontara un nuevo reto: conocer al resto de infantes de Tchimpounga. Para ella, que había pasado tanto tiempo sola y aislada, este paso hacia su nueva vida era muy importante.
Patricia era la más pequeña, así que, con delicadeza fue introducida a sus nuevos amigos.

Desde entonces, Patricia ha pasado de estar sola a estar acompañada en todo momento.
Cuando los chimpancés rescatados salen con los cuidadores a explorar los bosques de Tchimpounga, Perrine, Tina y Ebelle, las mayores del grupo, se turnan para cuidarla y cargarla sobre sus lomos, porque a Patricia no le gusta caminar largas distancias sola. Se asusta y llora, hasta que alguno de sus amigos acude a abrazarla y consolarla.
Patricia no es la única
Patricia ha progresado mucho desde que llegó al Centro de Rehabilitación. En Tchimpounga, ha encontrado a su nueva familia. Pero aún se siente algo insegura: es muy pequeña y echa de menos el consuelo y protección de su madre.
Su caso no es el único.
Cada año, nuevas crías de chimpancé son cazadas y vendidas ilegalmente, y muchas mueren en el proceso. Se calcula que por cada bebé capturado de la selva, al menos 10 chimpancés adultos han sido asesinados al defenderlos.

Todavía hay muchos chimpancés como Patricia esperando su segunda oportunidad en la vida. Tú puedes ayudarnos a hacer posible el próximo rescate y devolver la esperanza a los bebés rescatados en Tchimpounga.
Hazte soci@ Chimpamig@, donante o teamer, para con tu apoyo marcar una diferencia en la vida de chimpancés que nunca debieron ser separados de sus hogares ni de sus familias.
NOTA: El IJG no aprueba el mascotismo de primates ni el contacto o la interferencia con chimpancés salvajes. Los chimpancés que interactúan con cuidadores profesionales en estas imágenes son huérfanos rescatados y viven en el Centro de Rehabilitación de Chimpancés del IJG en Tchimpounga, Congo.