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Emprendimientos de economía circular: una oportunidad para el desarrollo sostenible
La economía circular es un modelo de producción y consumo que busca reducir al mínimo los residuos mediante la reutilización, recuperación, reciclaje y transformación de materiales y productos existentes. A diferencia del modelo lineal tradicional (producir–usar–desechar), este sistema alarga el ciclo de vida de los recursos y genera impactos ambientales, económicos y sociales positivos.
Los beneficios sociales y ambientales de la economía circular
La economía circular es especialmente relevante en comunidades rurales en situación de pobreza y contextos de vulnerabilidad porque:
- Genera empleo local a través del aprovechamiento de residuos, sobre todo agrícolas, y el uso eficiente de los recursos.
- Fomenta la autosuficiencia gracias al incremento de ingresos mediante productos con valor añadido, así como la innovación local.
- Reduce la dependencia de insumos externos como fertilizantes o energía.
- Empodera a colectivos vulnerables y los integra en cadenas de valor sostenibles.
- Disminuye el impacto ambiental, ya que los residuos agrícolas que se desechan normalmente se queman y generan gases altamente contaminantes, principalmente metano y dióxido de carbono, ambos considerados gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
Emprendimientos de economía circular para fomentar el desarrollo sostenible
La experiencia de CODESPA, en países como Colombia, Ecuador, Filipinas, Marruecos y Perú, muestra que iniciativas que promueven los emprendimientos de economía circular pueden ofrecer una oportunidad de mejorar las condiciones de vida de personas en situación de exclusión. Ofrece a pequeños agricultores opciones alternativas de generación de ingresos al transformar residuos agrícolas, que normalmente se desechan o queman, en productos de mayor valor añadido con los que acceder al mercado y obtener un mejor precio por ellos. Estas iniciativas redundan en beneficio de las comunidades, ayudando a construir una economía más justa y sostenible.
CODESPA está llevando a cabo diversos proyectos para fomentar el desarrollo de pequeñas empresas de economía circular para combatir la pobreza y fomentar el desarrollo sostenible de comunidades vulnerables. Entre ellos, cabe mencionar:
- Productos derivados del plátano, en la Amazonía peruana. En las regiones de Amazonas y Cajamarca, en Perú, la mayoría de la población indígena vive en condiciones de pobreza. Por otro lado, aproximadamente el 70% de la producción de plátano, el principal producto comercializable en estas regiones, no cumple con los criterios de calidad óptima según los estándares de los compradores locales. Como resultado, parte de este excedente se desperdicia o se vende a precios muy bajos. CODESPA apoya a familias campesinas vulnerables en condiciones de pobreza promoviendo el desarrollo de emprendimientos, en colaboración con empresas peruanas. Con los excedentes de plátano que se desechan porque no cumplen con los estándares de calidad se producen, por un lado, productos alimentarios de gran valor añadido, como hojuelas deshidratadas y harinas, demandados en el mercado por su elevado valor nutricional. Y, por otro lado, se obtienen también biofibras textiles, derivadas del tallo del plátano, que se utilizan para producir artesanías y como materia prima muy demandada por el sector de la moda.

- Biofertilizantes derivados de las algas, en Filipinas. En la región de Caraga, en la isla de Mindanao, el 80% de la población habita en zonas rurales y el medio de vida de muchas familias es la producción artesanal de algas. Además, la zona costera de Mindanao sufre frecuentes inundaciones y tifones, lo que aumenta aún más la vulnerabilidad de sus habitantes. Tras un proceso previo de organización y formación técnica de los pequeños agricultores de algas, con la consiguiente mejora de la producción y la calidad de las algas, en una segunda fase se está promoviendo la producción de productos derivados de las algas de mayor valor agregado. En el proceso de secado de las algas se obtiene un líquido, que normalmente se desecha, con el que se elabora biofertilizante, que se podrá vender a empresas exportadoras y agricultores locales a un precio más elevado que las algas no procesadas. Además, al ser un producto natural y, por tanto, menos agresivo que los fertilizantes químicos, también ayudan en la regeneración del suelo y a mejorar la productividad de las cosechas de los pequeños agricultores.
- Biocombustible derivado de la caña de azúcar, en Colombia. El proyecto beneficia a personas que anteriormente se dedicaban a robar caña de azúcar de los ingenios azucareros y a venderla de manera informal. A través de la iniciativa de CODESPA, se ha transformado este problema en una solución, involucrando a estas personas en la recolección y el empaquetado de la hoja de caña —una corteza fina que recubre el tallo—, para luego venderla a los mismos ingenios como combustible para sus operaciones. De este modo, quienes antes representaban un desafío para las empresas ahora se han convertido en sus proveedores. Además de generar empleo e ingresos para estas comunidades, el uso de la hoja de caña como combustible natural es menos contaminante que los combustibles tradicionales empleados por la industria azucarera, lo que contribuye positivamente al medio ambiente.
La economía circular no solo conlleva beneficios desde un punto de vista ambiental, sino que también genera oportunidades económicas sostenibles, inclusivas y resilientes en contextos de pobreza. Iniciativas como las de CODESPA demuestran que, con innovación y enfoque comunitario, los residuos pueden convertirse en riqueza y las comunidades rurales en líderes del cambio.
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