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Viaje al sur de Angola, donde CODESPA impulsa el desarrollo y la resiliencia de comunidades rurales
CODESPA está presente en Angola desde 2010, donde ha estado llevando a cabo proyectos de desarrollo económico, la mayoría de ellos de seguridad alimentaria y desarrollo de mercados rurales, con comunidades del sur del país, principalmente en la provincia de Cunene.
La pobreza multidimensional en Angola
En Angola, la pobreza es un problema generalizado y complejo, con raíces históricas y agravado por factores económicos, sociales y ambientales. Según el informe del PNUD y OPHI, el Índice Global de Pobreza Multidimensional (IPM) en Angola para 2025 indica que, aproximadamente, la mitad de los angoleños vive en situación de pobreza multidimensional. Esto significa que muchas personas sufren privaciones en múltiples aspectos de sus vidas, como salud, educación, calidad de vida y empleo. Este índice es mayor en zonas rurales, con tasas cercanas al 88%, frente al 30% en las áreas urbanas; y entre la población infantil, especialmente en los menores de 10 años.
Una de las razones de esta situación se debe a que Angola enfrenta períodos de sequía severa y escasez de agua desde 2012, lo que ha afectado a millones de personas, especialmente en las provincias del sur del país – Benguela, Huíla, Namibe y Cunene. La disminución de las lluvias afecta negativamente a la ganadería y la agricultura, principal fuente de ingresos para muchas familias, que ven empeorar sus medios de vida.
El trabajo de CODESPA en Cunene: soluciones locales para combatir el hambre y fortalecer las comunidades
En Cunene, provincia del sur de Angola, viven más de 1 millón de personas, donde el 80% de la población es rural y sufre las consecuencias de un clima semiárido y sequías recurrentes, que dan lugar a una situación de inseguridad alimentaria y pobreza extrema.
En este contexto, CODESPA trabaja con comunidades indígenas rurales en Cunene desde 2010 para fortalecer las capacidades locales que permita producir alimentos y generar medios de vida dignos en condiciones extremas. La finalidad es aumentar la resiliencia frente al cambio climático, disminuir la inseguridad alimentaria y, en general, mejorar sus condiciones de vida mediante el incremento de sus ingresos. Ello se consigue mediante:
- Formación para adaptar las técnicas de cultivo al entorno semiárido (diversificación de la producción agrícola, selección de las semillas de mayor calidad, qué sembrar, cuándo, dónde y con qué alternancia, etc), así como con la aportación de semillas más resistentes y la creación de bancos de semillas. Todo ello se implementa en Escuelas de Campo, parcelas donde los beneficiarios adquieren formación práctica y teórica. En estas iniciativas, CODESPA impulsa la agricultura sintrópica, un modelo agroecológico regenerativo que busca recuperar ecosistemas degradados. Al mismo tiempo, se complementa con formación nutricional para que la alimentación de estas comunidades sea más equilibrada. También, cuando es posible, se implementan sistemas de riego por goteo, para una mayor eficiencia en el uso del agua.
En ocasiones, se llevan a cabo otras iniciativas como la cría de animales pequeños (cabritos) y el desarrollo de productos alimentarios locales (miel, mermeladas). Esto no solo les aporta alimento, sino también bienes que pueden intercambiar en los mercados locales por otros de primera necesidad. - Facilitamos la organización en cooperativas y la legalización de las tierras cultivadas, asegurando así su derecho a almacenar sus propias cosechas. Al pasar de una gestión de los cultivos individual a otra comunitaria (cooperativas), los pequeños agricultores unen sus recursos para mejorar su proceso de producción, el acceso a suministros, conocimiento y crédito para hacer crecer sus negocios y obtener un ingreso estable.
- Promovemos el desarrollo de mercados agrícolas rurales, fundamental para la venta de sus productos agrícolas y ganaderos o el intercambio por otros bienes.

Historias desde el terreno. Visita a las comunidades de Cunene
CODESPA trabaja en Cunene con comunidades que viven aisladas y alejadas de núcleos de población, a varias horas de distancia en coche. La vida de estas personas es de una enorme precariedad y dureza. No disponen de electricidad, con frecuencia tampoco tienen un acceso cercano a agua, ni a servicios básicos, como salud o educación.
En febrero de este año, CODESPA Catalunya tuvo la oportunidad de visitar distintas comunidades en esta provincia, en las que se están llevando a cabo proyectos de desarrollo económico. Con la ayuda de nuestros compañeros de CODESPA Angola, hemos podido hablar con beneficiarios de los proyectos, sobre las iniciativas que se están llevando a cabo y el efecto que han tenido en sus vidas.
Cunene es una provincia del sur de Angola de enorme belleza. Viajamos en época de lluvias, cuando los árboles rebosan de hojas y dejan un paisaje verde de sabana arbolada y especies autóctonas. No obstante, nos explican que en la época seca este paisaje cambia radicalmente, cuando los árboles se desprenden de todas sus hojas para limitar el consumo de agua, dejando un paisaje árido.
La población de Cunene es joven, orgullosa, trabajadora y cuenta con un enorme potencial. Muestran una gran voluntad, fortaleza y energía para salir adelante y cambiar la situación de precariedad en que se encuentran para prosperar y mejorar sus condiciones de vida. Son un pueblo hospitalario y acogedor. Todas las personas con las que hablamos están dispuestas a escuchar, a aprender y, también, a enseñar. Muestran un fuerte sentido de la comunidad y de apoyo mútuo.
A lo largo de 3 días visitamos proyectos en 5 comunidades distintas. En todas ellas, la dinámica es muy similar. Nos reciben con cantos y danzas, tras lo que nos dirigimos a un espacio cubierto para charlar. Éste puede ser unos troncos de madera bajo la sombra de un baobab o una choza de paja y madera semiabierta en la que nos sentamos todos. Con apoyo del equipo de CODESPA Angola, que se comunica en la lengua propia de cada comunidad, hablamos con los beneficiarios. Tras presentarnos, nos explican cómo están organizados, en qué consiste el proyecto de CODESPA que están implementando, lo que han conseguido y qué esperan conseguir. Y, sobre todo, cómo les ha cambiado sus condiciones de vida y les ha abierto nuevas oportunidades de cara a un futuro. Después, nos muestran las parcelas en las que se desarrollan los proyectos agrícolas, donde nos muestran el trabajo que están realizando.
Son muchas las historias que nos cuentan y las experiencias que nos transmiten.
Un banco de cabritos que multiplica oportunidades.
La comunidad Lotembo, de la etnia Muhakaona, se encuentra en el municipio de Curoca y actualmente está implementando un proyecto de CODESPA de cría de cabritos. La iniciativa consiste en entregar parejas de cabritos (macho y hembras) a las familias más vulnerables. Se las forma en el cuidado de los animales, para su multiplicación y para que saquen el máximo partido a la leche y carne de cabra en su dieta. Cuando los cabritos han tenido crías, se entregan a otras familias parejas de cabritos para que sigan el mismo proceso. Con ello se crea un banco de cabritos en la comunidad que permite mejorar su seguridad alimentaria y generar ingresos mediante su venta en los mercados locales.






Goteo de agua, cosechas de futuro
La comunidad Canuno, también en el municipio de Curoca y que incluye miembros de las etnias Muhakaona e Himbas, está llevando a cabo un proyecto agrícola y de cría de cabritos. Cuentan con un depósito de agua que les ha permitido implementar un sistema de riego por goteo en la parcela de cultivo, donde cultivan frutas, hortalizas y legumbres. En el grupo hay muchas jóvenes con bebés en brazos. Los proyectos de CODESPA ayudan a las mujeres y sus familias a mejorar su alimentación, incrementando la productividad agrícola y que puedan contar con más animales gracias al banco de cabritos, así como dándoles pautas nutricionales para que tengan una alimentación equilibrada.






Formación que se hereda de generación en generación.
En la comunidad de Capanda, de etnia Bantú y que habita en el municipio de Ombadja, ya ha finalizado el proyecto que ha llevado a cabo CODESPA a lo largo de casi 5 años, y que ha incluido el acceso al agua del río Cunene, junto al que se establecieron las parcelas de cultivos.
Una de las representantes de la comunidad nos dice que está muy agradecida por lo que han conseguido gracias a las distintas intervenciones. Y, sobre todo, porque “les ha aportado conocimientos y formación que se quedarán para siempre en la comunidad; una herencia que podrán transmitir a sus nietos y bisnietos para que puedan seguir prosperando y mejorando sus condiciones de vida”.
También nos explica que, gracias a los excedentes que se han podido vender en los mercados locales, sus ingresos han ido mejorando a lo largo de los años. Esto les ha permitido poner en marcha una iniciativa para fomentar que los niños de la zona vayan a la escuela, al ofrecerles una comida al día a quienes asistan a las clases. Con ello consiguen que los padres les permitan ir al colegio, en lugar de quedarse ayudando en las tareas de casa o del campo.
Al finalizar la visita, nos obsequian con unas sandías fruto de su trabajo y que acaban de recoger del campo.






La etnia Khoisan y el desafío de sobrevivir.
La visita a la comunidad Oshimumu, en el municipio de Cuanhama, nos impacta especialmente. La etnia Khoisan es originaria de Angola y se considera que es uno de los linajes genéticos más antiguos del mundo. Es un pueblo seminómada, que se va desplazando en busca de alimento y agua, y que vive en condiciones de extrema precariedad. De todas las comunidades que hemos conocido es la que muestra más señales de pobreza y malnutrición. CODESPA es la única ONG que, hasta el momento, ha accedido a ellos y les presta ayuda a través de proyectos de desarrollo económico.
Nos recibe un pequeño grupo en el que hay, sobre todo, personas mayores y niños. Uno de los miembros de la comitiva nos explica que están de luto porque dos de sus hijos han muerto recientemente, cuando cazaban un jabalí en su guarida.
Gracias a las formaciones que imparte el equipo de CODESPA, además de prácticas agrícolas también aprenden a conservar los frutos del bosque, mediante deshidratadores solares que se les enseña a construir. Esto les permite tener alimentos en mejores condiciones de salubridad y conservarlos por más tiempo.
Durante la visita, también nos enseñan cómo producen fuego manualmente y nos muestran las armas que elaboran ellos mismos para cazar, como arcos y flechas.






Maquinaria, molinos y semillas que alimentan el desarrollo
La comunidad Omatunda, también en el municipio de Cuanhama, es una de las más avanzadas de las que visitamos. Gracias a las intervenciones de CODESPA cuentan con maquinaria para trabajar el campo, como un tractor, y un molino de uso comunitario, que funciona con un generador de gasolina y donde pueden moler el maíz para obtener harina. Además, cuentan con un banco de semillas comunitario, que les permite conservar y almacenar sus cosechas, mediante el uso de bidones reciclados alimenticios que, tras su limpieza y revisión, pueden almacenar hasta 236 kg de semillas. Esto les asegura su propia alimentación y la posibilidad de obtener ingresos. El espacio de almacenaje es lo bastante grande como para guardar sus propias semillas y alquilar algunos bidones para que puedan hacer lo mismo otras comunidades.







En las comunidades que visitamos el trabajo se estructura en torno a cooperativas. Para ello, CODESPA les ayuda con la formalización legal y les forma y capacita para que se organicen. La propia comunidad escoge a los miembros de la cooperativa y la función que representará cada uno de ellos: presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, responsable de producción, etc. Se reúnen todas las semanas para tomar las decisiones pertinentes y planificar los siguientes pasos, lo que queda formalizado en un acta.
Las distintas comunidades nos explican que cultivan frutas, hortalizas y cereales que han conocido a través de los proyectos y que no habían probado. Y, de todos los cultivos que nos muestran (mango, papaya, sandía, yuca, frijol, maíz, masango, sorgo, tomate, cactus, etc), nos llama especialmente la atención la moringa, una planta con una propiedad muy especial: ayuda a purificar el agua. Para ello, trituran las semillas en un recipiente en el que después se vierte el agua turbia. Tras dejarla reposar durante un par de horas, las impurezas quedan en el fondo y se obtiene un agua más clara y tratable para el consumo.
Un viaje que transforma
La visita a Cunene ha sido un viaje impactante e ilusionante. Es muy gratificante ver cómo, con ayuda, se puede cambiar el futuro de comunidades aisladas, muy a menudo olvidadas, y darles la oportunidad de salir del círculo de pobreza y miseria en que se encuentran.
Desde aquí, un sincero agradecimiento y reconocimiento al gran trabajo que lleva a cabo en el terreno el equipo de CODESPA Angola, que ayuda a cambiar el destino de estas comunidades. Entre ellos, a Baptista, Fabio, Luvuma, Adalberto, Lucas, Avelino, Emerson y Hemenegildo.
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